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LAS RIADAS

Este año ha habido muchas lluvias. Y se han formado oscuras riadas que, desembocando en ríos también revueltos, no añadían sino más incertidumbre aguas abajo. Las tremendas tormentas de rayos y truenos, con granizadas despiadadas y grandes nevadas, nubes negras cargadas de discoteca y agua, los charcos que forma la lluvia reventando también por los cuatro costados, las chicas con la falda remangada, los chicos cargando con las hermanas que, como yo, nos movíamos en silla de ruedas por lo seco... Nos hacen tan diminutos a los humanos las nubes. La civilización se refresca con la lluvia, las olas en la playa engordan y los chicos y las chicas se disponen a hacer surf, caen y se levantan, caen y se levantan, caen y se levantan, hasta que se hacen con la ola que es la vida y llegan de pie a la orilla, limpios como el agua fresca, y secan sus cuerpos de diamante encendido en toallas amarillas y gritan libres y vuelven a abrazarse y vuelven a gritar, que no hay como la pasión para proyectar buenas voces. Yo siempre los vi desde la orilla. Oh, la lluvia, oh, las riadas, oh, la vida, oh, la pasión. Y ha habido terremotos como látigos y volcanes en erupción y viviendas destruidas y muertos innumerables, tantas catástrofes… ¿Sabían en Wall Street que todo esto iba a pasar? Si es que no se enteran de nada importante. Pues que no vayan a creerse que fue su exceso de pasión, me refiero a la pasión de los jóvenes, la causa de la turbulencia que se cierne sobre el mundo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué sorpresa más fantástica! Literatura desde la orilla de la silla. Ver pasar la vida es tan apasionante como secarse con toallas amarrillas después del surf, o eso quieres demostrar con tu texto. Es lo que tiene el arte, que multiplica los destello. Un acierto.

Anónimo dijo...

esta muy bien contado pero con la luvia te mojas toda y no puedes salir para mi la lluvia es un coñazo y para tronos de ruedas fatal pero animo a la autora a que continue que hable de lo q le guste