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El Inventor

Era el dios más inextricable y huraño; un arcaísmo, sentenciaban otros dioses. Mas sólo él conjuraba el inmemorial arte de la creación.
Tal vez por eso, o por la repugnancia que le causaban las divinidades y sus depravaciones, habíase refugiado en el taller.
Cavilaba, pensaba un cuerpo celeste, un planeta de seis lados, no, esférico, con hielos en el confín, y agua, mayoría de ella. Para el continente había soñado tierra, verdor, cumbres plateadas e ígneo corazón palpitante. Luego pinceló los abismos de tinte infausto, el firmamento, varias novas fulgurantes y habiendo invocado a la aurora y apresado al poniente, descansó.
Un impaciente golpeteo en la puerta lo despabiló. Eran las providencias que, habiendo espiado su arte, lo exhortaban a que develara el secreto.
¿Pretenden que sea maestro de ustedes? ¡Degenerados! ¿Para diseminar vuestra semilla de perdición? Y dicho esto cayó preso de una emboscada.
A él lo desgraciaron en truculentos festines. A su inagotable creación, dicha de génesis planetaria, la desterraron al vórtice de un ciclón galáctico para que fuese nómada del universo; errante suelo de parias y descastados.
Pero creyeron mal, Dios había engendrado su especie. Dos seres que caminaban la faz por vez primera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

me remite al mundo Borgiano, pulgares arriba

Anónimo dijo...

buena mitología

Anónimo dijo...

Vaya osadía, la creación en un microrelato! Buena sorpresa encontrar este espacio, y perlitas como ésta. Mis felicitaciones! Y una humilde sugerencia de una lectora a la nueva generación de escritores argentos: más literatura de género! Se pueden concebir y transmitir ideas y pareceres a partir de estructuras de género, renovadas, transformadas, pero sin necesariamente caer en el realismo o en el relato de la propia experiencia típicos de la generación Y. Crear y vivir otro universo es posible gracias a los libros, por más trillado que suene. No perdamos esa aventura!

Anónimo dijo...

coincido con la opinión anterior, me gustó la pluma y el léxico.

Anónimo dijo...

denitivamente a imagen y semejanza, no veo nada divino, será por mi falta de fe, lo veo humano muuuuuy humano, dispensen.