231

Reencuentro gris


En las calles de Estocolmo, he vuelto a encontrarme con los cientos de personas anónimas que cada tarde veo en Madrid. No nos hemos reconocido.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

!coño; claro, si no os habéis presentado!

Anónimo dijo...

Los animales, cuando se encuentran, se miran, se olfatean, se reconocen. Es una forma de presentarse.
Nosotros, tenemos miedo de los demás, un miedo tan viejo que no sabemos de donde viene,
y fingimos no ver al otro , aunque tengamos su nariz pegada a la nuestra en el vagón del metro a la hora punta.
Que seres extraños somos

Anónimo dijo...

Bueno es que hay razones para temer a muchas personas, pero entiendo lo que quieres decir con el relato, lo cierto es que si deseas mostrar que no hay nada que temer sólo te queda ir a ello, como decía en el otro comentario "presentarse" a veces sale raro, a veces sale mal, a veces es maravilloso.

Anónimo dijo...

Cuánto nos perdemos por no presentarnos....

Jorge García Torrego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Y cada vez hay menos personas, y más masa. Una masa gris, pesada, grasienta, que va corriendo por las calles de todas las ciudades del mundo.

Anónimo dijo...

Debemos cuidar las manos y los ojos. Son las marcas de nuestra humanidad.

Anónimo dijo...

ME GUSTO POR SU FRIALDAD Y LA INMENSA SOLEDAD QUE REFLEJA. LE OTORGO 3 PUNTOS.