237

La escuela

¿Alguien conoce Paterna del Campo? Es mi pueblo. En los años 60 tenía unos tres mil habitantes y un grupo escolar, pero los niños y las niñas estaban separados. Cuando cumplí seis años, allá que me llevó mi madre, a pedir plaza. La maestra de la niñas pequeñas me admitió sin más, Doña Carmen.
Lo que recuerdo de aquellos pocos días con ella es una pizarra donde escribía cosas para que las niñas las copiásemos. También recuerdo los recreos, cuando salía con todas las niñas, ellas corriendo, y yo, a trompadas, intentando seguirlas pero cayéndome a cada poco. Me gustaba ser una más entre niñas igual como yo, estar allí con ellas, escuchar a la maestra y tomar la leche en polvo y el queso naranja. Me gustaba hasta la sillita donde me sentaba y el pupitre sobre el que intentaba escribir lo que la maestra ponía en la pizarra. Aquello fue mi paraíso, lo fue desde el primer día, por fin podía dejar a mi madre y estar con niñas.
Pero a la semana de estar yendo a la escuela, Doña Carmen llamó a mi madre
–Esta niña no puede venir a la escuela –le dijo a mi madre–, no sabe andar bien, se cae mucho y yo no estoy aquí para levantarla.
Mi madre siempre fue muy tímida y aceptó la sentencia que me expulsaba de los colegios para siempre porque mis piernas no eran muy robustas. Se lo había dicho la maestra y yo me tuve que volver para casa. Ya nunca más jugué con niñas. Jugaba con las de mi calle, con Sagrario, con María Belén, con Florinda, con Mariano, con Manolo, los dos chicos que jugaban con nosotras, que a mí me gustaba los dos, pero no es lo mismo que un recreo. Me habían expulsado con seis años de la escuela.
Fue mi hermana, cuando las dos nos hicimos mayores, ya en Madrid, que me ayudó a aprender a escribir, aunque no tenía mucha paciencia conmigo y cada poco me mandaba a paseo, como Doña Carmen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando uno tropieza con voces como la de esta autora descubre el valor de la escritura en manos de los que nunca tuvieron voz.

Anónimo dijo...

Me gusta el final. Humor fino. Relato desenfadado, natural.

Anónimo dijo...

no te rindas tu bordas y pintasmejor que yo seguro que puedes avanzar siempre me pregunto porque la prensa anuncia en primer pagina ¡¡compre salvaescaleras y la administraccion y hospitales no dan el debido ejemplo a veces