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NUEVO ÁRBOL EN EL JARDÍN

Los pájaros se aliaron contra el ciruelo. Éste era un árbol amable, dulce y también muy bello; pero existe en las aves cierta perversidad que los impulsa en ocasiones a denigrar lo noble, lo bondadoso y lo agraciado.
No fue sólo que dejaron de posarse sobre sus ramas; ahora se reunían en la cueva oscura y húmeda de la higuera, y mirando a su víctima contaban sobre él las historias más pérfidas y espantosas.
Poco a poco el ciruelo se fue abatiendo. Ya ni siquiera las caricias de la brisa ni el hormigueo feliz de los insectos podían devolverle la paz perdida. Del que había sido el más hermoso árbol del jardín lo poco que quedaba era pura melancolía. Cantando su victoria, los pájaros volaron hacia aquel desecho roto y miserable, lo cercaron, riendo, y tomaron posesión.
Pero el aroma de su melancolía resultó ser tan precioso, tan fascinante la vibración de sus moléculas, que los pájaros fueron quedando, uno tras uno y sin remedio, pegados en lo que quedaba de las ramas, como frutos o flores desesperadas.
Y ahí está, parece un nuevo árbol. El pájaro ciruelo, o bien el árbol de la conjura de los pájaros. Es un ser hechicero y singular, que aúna en sí la más honda gravedad con los más exquisitos trinos, y la rara belleza de su apariencia con la magia de todo lo que oculta.
Así lo veo yo, mientras deambulo con mi lento caminar en procura de mi sustento diario, pequeñito y casi imperceptible entre las verdes espesuras que me rodean.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. te doy dos puntos. Es cálido y romántico.