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UN BOCAZAS

Conozco a un tipo que es un poco bocazas. Conduce su silla como si fuera el trono de España. Nadie es lo suficientemente relevante como para que el rey se digne escucharlo. A su lado, todos somos hormigas, seres pequeñitos y molestos.
–¡Ouuuu!... fuera... que paso yo... no estorbes.
–Por supuesto, rey, a mandar.
La mayoría le tenemos tanto miedo que ni se nos ocurre llevarle la contraria. No ya le cedemos el paso, alguno de nosotros le cede hasta la novia.
–¡Ouuuu!... me gusta tu chica... ouuuu.
–A mandar –y manda a su chica ser amable con el rey.
A mí me pidió un día el lunar que tengo en la nariz, a la derecha.
–¡Ouuuu!... me gusta tu lunar... ouuuu.
–Si quieres, te lo pinto.
–¡Ouuuu!... quiero el tuyo... ouuuu.
–Pues muerde, rey –y le ofrecí mi nariz.
–¡Ouuuu!... te creerás muy listo... tú lo que quieres es que me coma tus mocos.
–Perdona, rey, es por si te gustaba.
Pero rey no perdona y me dio un arreón.
El rey sólo escucha a su estómago, cuando está vacío. Con el estómago lleno, el rey está sordo.
Pero no lo estorbes, porque peligra tu vida. Por ejemplo, en su mesa de cuatro, en el comedor, sólo come el rey. Los otros tres, yo soy uno de ellos, o comemos antes, que no se puede, o comemos después, que tampoco te sirven. No comemos porque molestamos al rey.
En realidad, da la comida a todo el comedor. Si el menú le gusta, porque se lo come todo y de muy malas maneras. Si no le gusta, porque quien se atreve a contradecirle.
O sea, el rey es un hinchapelotas. Lo único que se te ocurre, conociéndole, es hacerte republicano y tirarlo del trono. Hasta que nos pongamos de acuerdo unos pocos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, qué divertido, un buen motivo para hacerse republicano.

Anónimo dijo...

Muy chulo!!!

Anónimo dijo...

Buena disculpa lo del relato para ajustar cuentas, espero que el rey no lo lea, o que no sepa quien eres ja ja ja
Me ha gustado