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AMAPOLA

Es tan frágil y pequeña que duerme
flotando en una hoja de amapola.
Se baña en rocío y vuelve a acostarse,
viendo la luna brillar sobre sus ojos.

Se va hacia la luz y vuela en silencio
porque ése es su idioma...
Como el mundo grita no van a escucharla,
aunque entienda aquello que no todos ven.

Siempre tan ausente, trémula en la niebla,
no deja que nadie se acerque a su vida.
Quiere susurrar lo que otros se callan…

Despierta de noche, y en las madrugadas,
esperando un sueño que la haga feliz,
volará en silencio. Porque ése es su idioma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ve lo que otros no ven, escucha lo que los demás no oyen.
Los sueños no pueden dar felicidad, porque no son reales.
Conoce el silencio, por afuera.
El día que deje los sueños a un lado y penetre en el silencio, se dará cuenta de que no necesita nada, todo lo tiene.

Anónimo dijo...

Los sueños sí que pueden ayudarte a buscar la felicidad. Si no tienes una utopía o un sueño en el horizonte, ¿qué cosa te lleva a seguir caminando, sobre todo si tu vida es infeliz?

Anónimo dijo...

Sí, esa es la esperanza.
Soñar en lo imposible, como los niños que sueñan con Sata Claus o Los tres reyes Magos, y creen en ellos.
Al creer en los sueños, se es capaz de hacerlos realidad, porque todo es posible