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Pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo

Es curioso. Aprendemos de niños lo que no entenderemos hasta mucho después. Recuerdo que odiaba aprender los verbos de memoria, gesto negativo y triste de mi madre, decepcionada de mis constantes errores.
Hoy en cambio disfruto la gramática, entiendo mejor cómo organiza el caos de la mente infantil. Hoy puedo decir: “yo hubiera sido...” y puedo continuar “...normal de no ser por...”. Y así es. Yo hubiera sido normal de no ser por el brote psicótico que me diagnosticó el matasanos de turno. Fue justo cuando uno empieza a coquetear con las niñas y otras drogas legales, como el whisky o el Ducados negro. Yo no era estúpido: al pricipio oculté con maestría las voces acumuladas en la materia gris. Si me quedaba solo, jugaba a engañarlas con esa labia que Dios me ha dado. Iban y venían a su antojo por entre mi hemisferio izquierdo, las imaginaba como palabras apelotonadas que no habían disfrutado la oportunidad de ser usadas. Su venganza era ahora convertirse en reales, atenazando mi existencia con sus múltiples combinaciones: obscenas, asesinas, suicidas.
Tardé en ser consciente de la mirada temerosa de los demás. Lo que más duele es saber que tu madre acaba de cerrar a cal y canto el dormitorio con un cerrojo de esos que afean las estancias. Tardé también en aceptar que estaba loco, de remate. Tanto, que nadie pudo evitar que la emprendiese a martillazos contra el Mercedes del viejo. En mi familia se alegraron por no tener que lamentar una desgracia mayor.
Desde entonces, me trago el arsenal de pastis y vuelvo solo a mi habitación. Ya no me rebelo si me atan. Una enfermera me dijo anoche: “estás chiflado, sí. Pero ahí va un secreto: las mejores personas lo están”. Antes de caer en el sopor inducido de los múltiples químicos, recordé aquel país donde sólo los majaretas sobreviven.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

MUy bueno pero loa locoa con peligro estan fuera del cerrojo o viven en Como guardianes en GUantamo los que hacen daño no son cojidos o tienen bastantes enchufes

Anónimo dijo...

Me encanta. La única pena es que la frase final parece tomada de la última versión de Alicia, la de Tim Burton. Me plantearé mi voto por esa razón. En cualquier caso, mi enhorabuena, porque es un texto bien planteado.

Anónimo dijo...

Conozco de cerca ese mundo. La verdad es que cada lector es un mundo: precisamente a mí me ha gustado la frase de Alicia, porque por las comillas y por lo que dice al final, parece que está ahí a propósito, como un gesto de esperanza. Entiendo que a anónimo no le guste, por ser no original, pero a mí me gusta justo por ser lugar común. El sentimiento pesado de sentirse un dolor para el mundo...si pudiésemos votar unos 50 relatos!!!