Sentada del 3 de enero de 2013

(Nos seleccionaron los de MedialabPrado a los adredistas, dentro de su taller experimental Funcionamientos: Diseños abiertos y remezcla social, como invitados estrella entre los proyectos escogidos, para hacer nuestro Taller de Escritura Creativa en las naves del Matadero de Legazpi. No os lo vais a creer, pero tuvimos público. A poco más y llenamos el lugar de amigos. Nos ayudaron muchos de ellos a escribir, desde Alba –gracias, Alba– hasta GabrielLucas, y otros mil más, o por lo menos diez. Estuvimos escribiendo muchos de los habituales, y algunos que jamás habían pisado el taller, como Rafita, Gero, Ramón y JoseFelipe –hoy publicaremos sus textos, los primeros–, o JoseÁngel y Rosalía, que les cuesta asistir con asiduidad.
Y todos nosotros, todo el día por allí mirando y exhibiéndonos. La condición era arrancar nuestros textos a partir de revolución, una palabra que, curiosamente, remite en su etimología a la escritura y a la lectura, a los pergaminos que se revolvebat, o sea, se desenrollaban para poder escribirse o leerse. Lo mismo que desarrollo, <de rota=rueda, des-a-rodare=des-arrollar, desenrollar> un concepto igualmente ligado a la Historia humana, no ya por remitir a la escritura en su origen, sino también a esta locura del crecimiento sin medida, pues nos ha arrollado el desarrollo. ¿Por qué será que revolución, en el imaginario cultural dominante es un concepto peligroso, y con desarrollo ocurre lo contrario, que se considera algo deseable? O sea, lo que nos puede salvar del desastre, la revolución, es rechazado, y lo que nos ha traído al borde del precipicio, el desarrollo, es bueno. Es lo que tienen las palabras, como hemos dicho tantas veces en el taller, que se llenan de mierda en su uso por las sociedades que ponen en comunicación, o mejor, por los dueños de las palabras, que son los dueños de todo.
Pues de esto escribimos en el Matadero de Legazpi, un lugar al que , en fin, nos llevó la constancia, el entusiasmo y la inteligencia de Montse, nuestra asistente de escritura y de casi todo ya)

¿POR QUÉ VOLVER SI PODEMOS SEGUIR ADELANTE?
Jero
(Pues esto fue lo que escribió Jero en el Matadero, inspirado por la palabra Revolución. Jamás se había visto en otra, su primer texto como adredista)

Cuando pienso en la revolución veo a los franceses cortando cabezas y no me parece muy bien, porque yo soy una persona nada violenta.
Aunque alguna vez me han entrado las ganas de partirle la cara a alguien. Por ejemplo, al conductor de aquel coche rojo, que casi se lleva mi silla por delante (y a mí con ella, por supuesto). ¿Por qué nunca paran esos tipos del BMV?
Vale que a veces cruzo por donde no debo, pero ellos tienen que estar atentos a la carretera, y no que van a su bola, hablando por el móvil.
Cómo me gustaría que una revolución cambiase las cosas. A mejor, claro.
¿Y para qué sirve una revolución?
¿Para qué protestamos? Porque estamos hasta el gorro y hay que cambiar esto: ¡ya te vale! ¡no sé para qué te haces estas preguntas!
¿Por qué volver si podemos seguir adelante?
¿Por qué parar si puedo estar moviéndome?

¿POR QUÉ MI HIJO ME TOCA LA FIBRA TANTO?
Rafita
(Y esto escribió Rafita, otro adredista sobrevenido. Y como vais a comprobar, escribió entusiasmadísimo sobre la revolución)

¿Qué emociones no siente cada persona con esta palabra tan amenazadora?
Y yo me pregunto: ¿por qué la revolución me altera tanto mis otras emociones, esas que me dan más claridad y luz, más salud a mi forma de vivir?
Tengo todo el poder del mundo para realizar mis ilusiones, pero pierdo el tiempo llamando mucho la atención de los demás para que me critiquen, o mejor, para que me aplaudan.
Yo no sé quién soy todavía, pero me gustaría llegar a saber ¿de dónde?, ¿hacia dónde?, y ¿para qué?
O sea: ¿por qué siento ahora que estoy reencarnado?
¿Y por qué me siento más revolucionario aquí?
¿Y qué me estás diciendo tú, rebelde sin causa?
Y lo más obsesivo: ¿por qué mi hijo me toca la fibra tanto?
¿Por qué a mí me gusta más la Revolución de los Claveles de Portugal y prefiero sentirme cada vez más libre y también cumplir con mis responsabilidades bien, gracias a Dios?
En una pared de Lisboa se leía: “Prefiero la pobreza al aburrimiento”.
También me pasa: ¿por qué me emociono tanto cuando veo tanta discriminación?

¿DÓNDE NARICES SE FUE MI NOVIA ALICIA?
Ramón
(Ramón jamás se había visto en otra similar, y salió dignamente del trance de tomar la palabra y escribir para que se le oyese)

¿Dónde narices estoy yo, hoy?
¿Dónde narices se quedaron mis amigos?
¿Dónde narices se fue mi novia Alicia?
¿Cuándo narices llegarán las Navidades para largarme con mi familia?
A mí me gusta salir de la residencia y hacer de todo, aunque sea escribir, pero el caso es que estoy perdiendo vista.
¿Y por qué me dará tanto miedo perder la vista? Perder las piernas no es tan terrorífico.
¿Y por qué pesamos menos con una grúa?
Todo lo que se mueve ocupa su sitio, yo he tenido un accidente de coche y sé lo que me digo.
¿Por qué la revolución tiene tan mala prensa?
Los hombres se juntan y hablan, eso es la revolución de las plazas.
Pero el caso es que también se hacen preguntas cuando se juntan.
Y hay que contestar a las preguntas.

¿QUÉ ES LA REVOLUCIÓN?
JoséFelipe
(Y esto escribió el compañero JoséFelipe en el día de autos. No se puede decir más en menos líneas, no señor) 
 
¿Qué es la Revolución? Es el acto de revolver, de remover, de dar vueltas al cotarro. Tanto las vueltas internas, en mi cabeza, como externas.
Y dar vueltas pasa por romper barreras, eso que nos impide llegar a la esquina de la calle o a la Revolución.
¿Y cómo las rompemos? Con rebeldía. Con muchas fuerzas en rebelión y con mucha imaginación podemos alcanzar la esquina y la revolución.
En silla de ruedas es más difícil la Revolución, pero si la emprendemos, nos haremos más visibles y viviremos más y llegaremos más lejos.
¿Y nuestra Revolución, podría hacer daño a los demás?
¿Tienen los científicos, los investigadores, el significado de esta palabra en sus mentes?
¿Y los diccionarios, realmente conocen el significado de Revolución?
¿Y la Revolución de los cuerpos? ¿Cómo nos sacudimos las cadenas de los prejuicios, más fuertes que las leyes que los reprimen?
¿A través de la medicina o el láser alcanzaremos la libertad? Lo que para uno es un fin para otro puede ser un virus.
La revolución de nuestro cuerpo llegará a través de la mente, poco a poco.
Y revolucionado estaba yo esta mañana, cuando me bañaron con agua fría.

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