Sentada del 5 de diciembre de 2013


A LA VUELTA DEL CONCIERTO DE MALÚ
HeavyMetal
La lié bien el día que me fui a Goya, al Palacio de Deportes, al concierto de Malú.
Había muchas niñatas y niñatos, no estaba yo a gusto allí.
Empezó bastante tarde, después de las 10 de la noche.
Y yo cagao de miedo porque cerraban el metro y no podía volver a Leganés.
Efectivamente, me quedé sin transporte, sólo pude llegar hasta Puerta del Sur.
El jefe de estación me dice: ¿Cómo vienes tan tarde?
Me conocía, pero ellos ya se marchaban a su casa y no había nada que hacer.
Yo me quedé sin metro por gilipollas. No pude seguir mi trayecto hasta El Carrascal. La noche del día 8 no pude venir a casa.
El jefe de estación, ya digo, me conocía y no permitió que los jurados me echaran a la calle.
Me retuvieron en las taquillas estos dos hombres, los jurados.
Se pasaron toda la noche que hacían que trabajaban. Uno salía a superficie y el otro se quedaba conmigo. Se turnaban.
No me dirigieron la palabra en toda la noche, ni un puto saludo.
Allí estuve un montón de horas, hasta que me hacía pis y tuve que mear en un rincón.
–¡¡¡Qué quieres, que me mee encima!!! –me tuve que cabrear y me cogió miedo el pringao.
Ni así me dirigió la palabra el segurata.
Les puse la cosa seria y reaccionaron.
Uno llamó a los municipales, pero los pringaos tenían bajadas las rejas de la estación y el coche de los munipas se fue.
Hasta el primer tren, que llegó el nuevo taquillero y les ordenó a los seguratas que me acompañasen hasta El Carrascal.
Eran mudos, me acompañaron hasta la puerta de casa y ni una palabra.
Ni me pidieron el carnet, no lo llevaba.
–Gracias por la conversación, juratas, sois unos cachondos.
Ni me contestaron.
Pero qué hijos de puta, no fueron capaces de traerme en toda la noche.
Y entré en casa a dormir.
Y lo peor viene ahora, que la jefa me dice que no me van a dejar salir a la calle porque vuelvo muy tarde.
¡Y cómo le explicas a esta ¡¡¡si todavía no lo sabe!!! que yo soy cojo, que tardo mucho en los transbordos, que nunca sabes cuándo pasa el último metro y que no tengo un duro!
Podía ocurrírsele a la jefa darme para un eurotaxi, en vez de darme broncas, oye.

MINIATURAS / LV
Iñaki
Pura humildad,
pura tranquilidad,
dura humildad.

No más escenario
que un rincón
lleno de palabras
y un corazón
lleno de lágrimas,
sincero amor
en un rincón
lleno de lágrimas.

Oigo y escucho
lo que escucho,
oigo y escucho
lo que no debo,
¿y ahora, qué?

Ver para sentir,
sentir para vivir,
vivir para ver.

No me aparco
y camino contigo
y camino con él
y te doy lo que quiero:
¿egoísmo?

Te doy lo que soy
para que sientas
lo que tú eres,
y si nadie te escucha
sigue caminando
y no te detengas.

Sombras y cariño,
sombras y vida,
sombras
y un poco de amor.

Amor consentido,
amor sin sentido.

Nuestro amor, sin homologar,
que la gente no entiende
un amor con sentido.

LA SONDA
MaryMar
Siento la soledad sin necesidad de la sonda. Siento el lunes sin necesidad de la sonda. Siento la ventana y los árboles a pesar de la sonda.
A mi madre la siento sin necesidad de la sonda, y la siento un poco lejos. Siento a Conchi gritando en mi oreja por encima de la sonda. Pero mi madre es un poco buena, tampoco mucho.
Siento la sangre que corre por mis venas al fin sin la sonda. Siento la vida y el sol me ilumina y no tengo puesta la sonda al fin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vuestro blog es como la vida misma, para entusiasmarse con él.
Y el poema La sonda (poema o lo que sea, lo de MaryMar) hace llorar de emoción.
Por cierto, quien se encarga del material gráfico tiene muy buen gusto, quedan geniales hasta sus montajes fotográficos.