Satori
Viértete como la luz, que se esparce sobre las cosas,
que se apoya pero no puede asirse.
Disgrégate como el río que sale al mar
o como las cosas que se regresan a la tierra y
se confunden rápidamente con su antigua casa.
Corre como las nubes, que ya casi no llaman la atención.
Respira como el cuerpo de la naturaleza, que sostiene sin percibirse.
Balancéate como la noche en las manos de los artistas.
Encadénate a la vida como el collar de los días.
No uses máscaras. Es mejor que no te vean.
Huye de ti mismo por tus propios poros y quédate en el aire.
No tengas peso para la gravedad.
No llames ni por la boca ni por los ojos. No mires.
Trepa con el sol y cae con él.
Disípate como las sombras al mediodía
que más tarde alargan sus manchas buscando la noche,
que viajan contrarias al crepúsculo hasta dar con el abismo.
Duérmete como esos lentos ruidos que
se apagan cuando nos acostumbramos a ellos.
Duérmete como las palabras, cenizas del silencio,
que se hacen fuerte en el que calla.
Sé plural como la lluvia.
Sé invisible como el sueño.
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2 comentarios:
Hermoso, muy hermoso, la negación del romanticismo, la negación del individualismo desde la emoción más personal.
Muy bonito, poético, profundo.
Se olvidan las palabras rapidamente pero queda una sensación muy adentro, como de encuentro con lo olvidado.
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