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Pretenderte mujer
A Fatena-al Gurra, poeta palestina.



Tras las ventanas la ciudad adquiere el blancor
que la primera nevada que ves en tu vida le aporta

y te brillan los ojos
y casi casi sonríes

de aquel libro que escribiste     de aquellos poemas que creaste
vinieron estas caricias de la melancolía
estas calles de rebosante exilio

tenías el cuerpo y sentiste que era bien tuyo
tenías la mente     la palabra
y poblaste de ingenios tanto descarnado silencio

y qué osadía pretender ser mujer
si no lleva implícito el silencio
la sumisión la cadena

desde ese norte donde tu cabeza
descansa ahora sin precio sobre tus hombros
podrás hablar de tu cuerpo sin temor a perderlo

y tal vez algún día si tanto miedo a la libertad se desvanece
puedas reunir un nuevo conjunto de palabras
tras las ventanas de ningún exilio
y te brillen los ojos y al fin sonrías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mujer, cadenas.
Hasta tomar plena conciencia de que se es un ser humano, sin diferencia alguna.
Tristeza y alegría a la vez, ese es el camino, el cambio.