Sentada del 9 de octubre de 2008

LA PERA
HeavyMetal
La vida es la pera, me parece un lujo. La vida es la hostia.
El cementerio de los versos tristes, por fin me pillé ese CD.
¿Quién es Dios? Mi vida y mi muerte es mi silla de ruedas. Y vivir aquí, en el CAMF, es la hostia.
Antesdeayer, después de comer, me llamó mi tía y por la tarde quedamos. Estuvimos merendando en el Corte Inglés.
Qué bien me lo pasé con mi ligue. Mi tía es mi ligue, qué cómodo estoy con ella, y ella conmigo.
Y hoy mi hermano viene a buscarme, qué de putamadre. Voy a comer con ellos, Sábado, con mi familia, qué alegría, Dios mío, me hace feliz.
Vivir en el CAMF es mi cielo. El lunes, en el taller, escribimos a dios.
Ayer era viernes. Fue increíble, me fui a Macumba-Chamartín y el ascensor para salir del metro, caput, como un día sí y otro también. Qué movida, en mi situación, con la silla de ruedas.
El jurado se negó a ayudarme.
Un viajero me echó una mano. Y las dos, él me subió.
El jurado me mandaba de vuelta a casa, aunque le explicaba que iba al concierto en Macumba y que tenía la entrada.
Al hombre que me ayudó le dije que podía andar putamadre.
Él me acercó a la escaleras y yo me agarré al pasamanos, me puse de pie y empecé a subir un montón de tramos de escaleras. Y el otro con la silla a cuestas, el Cireneo.
Fueron tres tramos y una mecánica.
El chico, era joven, cuando acabé de subir el primer tramo de escaleras, me dice: “Tenías razón, subes putamadre”.
Se lo he contado a mi hermano, cuando llamó para quedar a comer, y me ha dicho que puedo denunciar al delincuente del jurado.
Habrá otra ocasión, seguro.
Para otra vez, coge su numero de placa, que lo empapelas.





UN LIGERO OLVIDO
Rosa y adredista 0


Moriré tranquilamente,
a resguardo de la lluvia,
y me despediré del parque
y de los mirlos
y de unos cuantos libros
que yo amaba,
y olvidaré en mi habitación
cogiendo polvo,
como en un descuido,
esas fotografías
que me recordaban
a los que me habíais olvidado.




GRACIAS POR EL OTOÑO
Carmen


Bendito sea Dios que creó el agua
para que nuestros pies y manos pesen menos
sumergidos en ella,
para que nos sintamos más ligeros y libres,
el único sitio donde yo me puedo mover con libertad,
un poco, al menos.
Pero maldito sea Dios, en mi opinión,
por dar inteligencia a los hombres
para inventar redes de arrastre y desaladoras
con que agredir a mi querido mar, que tanto me relaja.
Bendito sea Dios por el sol que da calor y luz
para que yo me tumbe en la playa o en la hierba,
y me eche una buena siesta,
porque, lo que es el frío, lo detesto.
Y bendito sea Dios por permitir a Marconi
inventar la radio, que tanto me acompañaba
en mis peores días,
conectándome con las vidas
de los que siempre estaréis lejos de mí,
incluso me conecta a mi madre, al recordar
que me aconsejaba no abusar de la radio
y buscar compañías más calientes.
Pero maldito sea Dios, que creó Soria y los iberos y los baceos
para ser el pueblo más rácano del mundo
y para que su racanería soriana equivocase a mi papi
en la encrucijada entre la ceguera y el sufrimiento
de mi madre y yo, maldito sea Dios y mi origen soriano.
Maldito sea Dios por el petróleo
y maldito sea por la dinamita de Alfred Nobel,
porque ambas cosas alimentaron muchas guerras,
y alimentan ahora la invasión de Irak,
que dentro de poco no va a quedar ni una mosca
en ese pobre país, con tanto coche bomba,
no va a quedar ni un solo árabe de pie.
Bendito Dios, que inspiró a los aztecas el chocolate
y los bombones, que nos permiten momentos tan dulces.
Y bendito sea Dios por darme amigos,
que me sacan de viaje por España y así,
y que cualquier cosa que les pido me la dan,
con mis amigos he llegado lejos, muy lejos,
donde nunca me hubiesen llevado mis piernas o mis sueños.