Una fiesta o bacanal (08/02/2010)

Conchi
El pinchadiscos tenía unos pelos largos de muy mala pinta, como todos, que mira que van guarros... los pantalones rotos, la chupa destrozada, hasta los calzoncillos los debía de llevar rotos, aunque no se le veían, con unos agujeros de tres kilómetros y azules, que son los más horteras. También llevaba botas con tachuelas y un mechón de cada color: azul, verde, rojo, naranja.
Carmen estaba sentada esperando a Andrés para bailar. Ella tiene 16 años y él 15 y esta es la música con la que se conocieron y se enamoraron. Pero Andrés estaba bebiendo con Carlos.
–No bebas más, que te va a sentar mal, vamos a sentarnos –le estaba diciendo Carlos a Andrés.
Carmen se estaba hartando de estar sola y, cuando les vio sentarse se cabreó del todo.
–O bailamos o me voy de aquí.
Andrés salió a bailar. Aunque estaba tan mareado que se cayó al suelo y Carmen lo tuvo que levantar tirando del brazo y le arrastró como pudo hasta la pista de baile. Andrés veía doble y no sabía con cual de las dos Cármenes bailar, si con el espejismo o con la buena, que la Carmen de verdad estaba muy buena. Ella, que no había bebido tanto, todavía podía seguir el ritmo de la canción de Madonna que estaba sonando en ese momento.
Como Andrés estaba como estaba, pues tropezaba con todo el mundo.
–Tú, borracho, deja de beber – le decían– o si no te voy a pegar dos hostias.
Así que Carmen terminó por llevárselo a sentar a una silla, para que se le pasase el mareo de la borrachera. Pero con el baile le habían entrado ganas de vomitar y se lo tuvo que llevar al servicio antes de que potara sobre la gente.
De pronto oyeron gritos y la gente comenzó a correr, buscando la salida de emergencia más cercana. Ellos dos no habían visto nada, pero un ñeta le clavó la navaja a un africano, que cayó al suelo sangrando como un cerdo y poniéndolo todo perdido. Y allí quedó tirado en el suelo.
Carmen y Andrés no estaban en mal sitio. Él no podía correr por el mareo, así que se apalancaron allí hasta que dejaran de oír jaleo
Cuando los ñetas se habían ido a tomar por culo, ellos dos salieron del cuarto de baño y se fueron a la calle. El jaleo les había acojonado, así que cogieron el metro y se volvieron para casa, que se habían colado con los carnés falsos.

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