Mal carácter

Peva
Eso es lo que yo tengo. Porque por mucho que quiera hacer, no me da tiempo a nada y me llevan los demonios, aunque yo no creo en demonios, que quede claro. Es mi mal carácter. Y luego dicen algunas personas que se aburren: ¡pues que me digan cómo! Además, lo estoy comprobando, cuantos más años tengo menos me aburro, no tengo tiempo para nada. Y por eso mismo se me pone un carácter de mil diablos. Quisiera ser como antes, que lo abarcaba todo y encima me sobraba tiempo para aburrirme o cosas mejores. En cambio, a estas alturas, mi tiempo se ha reducido hasta límites insospechados. Con los años, me cuesta todo el doble, y no me refiero al pan o la leche. Empezando ya de mañana, eso de lavarme y vestirme y llegar al comedor, para luego tomarme ese puto café, es ya todo un triunfo. Me entra la neura porque creo que no me va a dar tiempo a llegar, me doy más prisa y, zas, me la pego. Que me la he pegado algunas veces por correr y me he hecho un esguince. Es cuando pienso que antes, hace poco, me daba tiempo y parecía que los minutos se estiraban. Y sin embargo hoy todo se me hace cuesta arriba. Ya lo sé que hay viejos felices, o jubilados por lo menos, pero yo estoy segura de que voy a ser una vieja bien jodida, entiéndeme, amargada, de mal carácter.

No hay comentarios: