La personalidad del fumador

Gerardo
Yo paseo muchas veces por el cementerio y me da mucha sensación. Y cada vez que paseo por el cementerio me pongo triste. Me gusta pasear por el cementerio cuando voy al pueblo. Lo paseo mucho por dentro, porque me gusta mucho pasear por dentro del cementerio porque me hace mucha ilusión y me gusta mucho visitarlo, así, las tumbas.

En aquellos tiempos hice fechorías, matar a un perro. Y no me gustó haberlo hecho, pero no tuve más remedio que hacerlo porque el animal estaba muy mal, porque estaba lleno de bichos y por eso no tuve más remedio que matarle, porque me lo dijo mi padre, que así no podía vivir, así, el animal. Se llamaba Linda y la maté con una estaca.

Yo cuando me dio el infarto estaba lleno de ansiedad. Y me puse triste cuando me quitaron el tabaco. Me costó mucho tener que dejar de fumar, así, de repente, porque me puse muy malo, porque estuve a la muerte del infarto que me dio en ese momento, que me tiré doce días en la UVI porque iba medio muerto.

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