Cerezas y males

Carmen
La Balbina y la Horosia estaban hablando de los últimos sucesos del pueblo. Quintana Redonda, el pueblo donde mi padre era maestro, dormía la siesta. El maestro se empeñaba en que los chavales aprendiesen, pero ni repartiendo cachetes había conseguido despertarlos, ni siendo más sargento que mi segunda fisioterapeuta, Guillermina Saavedra, que, a pesar de ser de la dulce Canarias, era una cabrona dictadora, que todos imitábamos su mal genio y nos reíamos... Bueno, ¿dónde estaba yo?, ya me he perdido… ¡Ah, sí!, decía la Balbina:
–¿Ya sabes lo que ha pasao en casa de los Toribios?
–Algo me ha llegao –se explica la Horosia– pero no me lo creo. He estao con pulmonía, eso me dijo el médico, y no he podido salir de la cocina. Tosía más que con la tosferina. Cuéntame.
–Pues mira, todo empezó conque el Prudencio se colgaba del pozo, porque l’ha vuelto a dar el mal en su magín. Se le han muerto las ovejas antes de apoquinarlas, no ha podido con el crédito y s’ahorcao.
–Pobre Anastasia, qué trago habrá tenido que pasar.
–Y tanto, que no lo resistió, Horosia, hija, que no lo resistió, que pasó algo peor…
–No me digas que era verdad lo que ma llegao. Ay, dios mío, que las cerezas y los males llevan otros tales.
Las comadres se dieron un descanso para presignarse, tantos disgustos se digieren mejor con pausas.
–Pos mira, Horosia, hija, sí, la Anastasia s’ha tirao a remojo en el río esta misma mañana y s’ha ahogao. No lo aguantaba, tanta desgracia. Se ha vuelto loca, primero el padre y luego la hija.
Y volvieron a hacer pausa y volvieron a presignarse. Terminaba la siesta y comenzaba a oírse la campana mayor tocando a muerto.
–Hay, pobre Toribio –se lamentaba la Horosia–, se ha quedado solo. Y tanto esfuerzo por criar al hijo… ¿Qué pasará con ese chaval ahora? ¿Se llamaba Paquito?
–Paquito. No sé qué será de él, pero nada bueno. Parece que es listo como el hambre, que ya sabe las cuatro reglas. Con 6 añitos ése lo tiene todo en contra, aunque es listísimo. Esto trae cola...
–A lo mejor no, mujer, a lo mejor todo se olvida y todo se endereza... A lo mejor ese niño va a ser algo grande.

No hay comentarios: