Cuaderno azul / 12


Carmen

Estaba yo en una excursión en Málaga y teníamos que bajar una cuesta muy empinada en las sillas de ruedas. Íbamos muy deprisa, pero estábamos muy contentos porque estábamos entre amigos y jugábamos a atropellarnos los unos a los otros. Fue una casualidad, en ese momento, ver un caballo con su jinete, que conducía un rebaño de ovejas. De ahí a sentirnos todos cowboys en una peli de indios, un paso. No veas que bien me lo pasé aquella tarde, Robertín, era una cuesta muy gorda.
 
Ramón, un compañero cojo, es muy bromista. Un día se le ocurrió ­–sólo él podía hacer la broma, porque es serio y convincente– decir que en la enfermería regalaban naranjas por kilos. Y lo dijo tan serio que hubo incluso quien las exigía de muy malos modos, pues su palabra era ley para ellos. ¿Os imagináis a toda la residencia pidiendo las naranjas? Pues picaron.
 
Eran los años duros de la posguerra y el hambre. Apenas había un médico en muchos kilómetros. La Balbina se puso de parto y llamaron a mi padre, que hacía de practicante amateur. Llegó a la casucha medio derruida, con camas medio rotas, y sólo tenía un poco de morfina en el botiquín. En mi memoria quedó para siempre su frase, al contar el percance: “Maté a la hija para salvar a la madre”.
 
Las mujeres también se cansan de recibir malos tratos del marido. Mientras están todo el día descadriladas de trabajar, ignoran o justifican su tragedia, desoyendo su dolor. Pero a veces, cuando las cosas ya no pueden ir peor, se les hace la luz y reaccionan.
 
Me estoy atando los zapatos… la infelicidad de depender de otra persona, sobre todo cuando antes te lo hacías todo sola, qué incómodo. Y no poder acostarte cuando tú quieres… es tan desesperante. Claro que peor lo tienen quienes han tenido piernas alguna vez en su vida y las perdieron y se ven en silla.
 
Una prosa corrómpese como un filete de lomo. Las prosas de Cela, por ejemplo, que adorna con tacos tan intercambiables que hasta él mismo puede plagiar una novela entera de otra autora sin más que añadirle sandeces, pueden ser un filete podrido.

No hay comentarios: