Luis se sienta a la izquierda
Luis se sienta a la izquierda, junto a la pared, un poco alejado del resto de los chicos que en la clase llaman más la atención con sus tonterías. Sobre su pupitre se apilan en desorden los libros y cuadernos de varias asignaturas que han ido pasando durante la mañana por su vida. Él no es como todos, es más alegre, más inocente, más limpio, más tierno.
Me mira con ojos risueños, detrás de unas gafas redondas que aumentan su aire de ingenuidad. Él me mira y sus ojos brillan. Espera que yo le mire, que yo le pregunte. Veo en sus ojos que desea ansioso que le mande leer el libro, pero entonces su voz se quiebra, titubea. Me mira de nuevo pero sus ojos ya no brillan como antes. Le animo a seguir, él puede hacerlo. Continúa. Por fin llega el final del párrafo y me mira de nuevo. Paso al siguiente y él respira aliviado.
Me alegra verle allí, a la izquierda, día tras día. Él no es como todos, él esta en la línea, en el límite entre lo normal y lo distinto. Un número le marcará de por vida, un número que dice si es normal o es diferente. Pero yo sé que Luis es distinto. Es distinto para mí, es el único que me espera cada día con los ojos brillantes.
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1 comentario:
me encantó!! qué lindo cuento!! Gracias!!!!
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