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LA MUERTE, LOS PIES, LA SOMBRA Y LA MANO

Ahora si no siento nada, ni por fuera tampoco. En este espacio negro esperaré al supervisor.

Estoy tirado, muerto.
Veo a mi madre, en realidad deduzco que es ella, como si lo supiera. El cuerpo es el de mi padre, sus sandalias marrones antiguas, su pantalón gris, con las rodillas desgastadas y esa camisa rayada blanca con rojo, inmunda por cierto.
Ella se acerca a mí, una capucha le cubre la cabellera y un cuellito polar anaranjado le cubre casi hasta la nariz. Ese cuellito. Aquel indiscreto que usaba de pequeño, del cual todos se me reían.
Se acercaba aún más y me pateó el trasero una y otra vez. Realmente me dolía.
La bruta fuerza no era la de mi madre, sino la de él.
Mi madre o quien fuere, abrió su boca de tal forma que me tragó. Me tragó entero.
Llevaba conmigo, aferrada a mi mano izquierda – pues la derecha estaba inútil- la cadenita que el cabrón me había regalado años atrás. La misma noche que ocurrió todo.

Estoy corriendo.
La velocidad es algo inexacta e impredecible. Ni siquiera sé si existe en realidad. Mis piernas ya no lo soportan. No debo frenar. Mis pies se sienten tontos, se chocan entre sí, pisan mal.
Veo a todos mis familiares, uno por uno, aun aquellos que nunca asisten a los festejos y reuniones. Pasan caminando uno detrás de otros, en cámara lenta. Algunos saludan.

Soy solo la sombra.
Soy una superficie, no hay nada dentro de mí. Mi hermana luego de un largo rato en el suelo, se limpia con su propio vestido. Yo no sé que le sucedió a mi pene ni lo que expulsó.
No voy a sentarme, siento dolor. Solo voy a correr. Hasta morir de cansancio, o hasta sentir que pude escapar. Mi hermana quizá tenga su propia suerte y lo haya matado antes que él le robe la esencia. Quizá se corte también la mano, que seguro estaba sucia, olorienta y repugnante como la mía.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me dejó pensando el escrito, es algo raro, no entiendo que le pasó al joven, está muerto? me atrapó mucho la historia pero no la entendí jaja

Anónimo dijo...

¿los oscuros laberintos del abuso?

Anónimo dijo...

Creo encontrar muchísimas pistas entrelazadas en esta historia que dilucidan lo que ocurrió. Me resultó complicado, lo leí una y otra vez, y creo como comentaban arriba, que estamos si, en los oscuros laberintos del abuso.
Hay imágenes como la del delirio de muerte, hay otras como la verguenza, y también como la nítida imagen al final que uno se da cuenta lo que ocurrió.
Me pareció o está escrito el final al principio y viceversa?

Anónimo dijo...

Ahora que leo los comentarios se me aclaran muchas dudas. Está medio oculto lo que pasó y el juego con los tiempos es impresionante. Cuando dice del cuellito anaranjado ¿No representa la VERGUENZA?
Me queda una duda.. el padre abusó de lso dos hermanos, o obligó al chico que se acostara con la hermana?

Anónimo dijo...

en realidad no creo que sea tan importante si lo uno o lo otro, es cómo está contado, la sensibilidad de lo que expresa, ¿no?

Anónimo dijo...

pues igual sí, porque lo peor de un abuso suele ser que te enmudece, y al dolor de ser víctima se añade el de la vergüenza !que perverso! e incluso cuando lo escupes la realidad de las palabras no llega ni de lejos a expresar el hecho,y encima suele conseguir que los demás te teman; por eso detesto la caridad, porque te "cosifica"...el relato funciona en ese sentido, te deja con tus dudas...

Anónimo dijo...

Que triste y hermoso relato. Triste por lo sucedido, que quizá ni nosotros como lectores de lo que el joven escribió podamos entenderlo. Pero hermosa la sensación que produce a uno el enteder algo a aquel joven. En darse cuenta lo sucedido. De pronto notar que quizá el no era un inválido, es decir, no le faltaba ni pies ni manos, ni tenía discapacidades. Pero fue un niño que se autodestruyó. Se cortó la mano, bien dice, quizá lo hace metafóricamente, pero quizá no, quizá se la cortó en serio, porque no soportaba saber que con aquella mano "sucia..y olorienta.." había tocado a su propio padre , y quien sabe si a su hermana también. Triste, pero elegante, muy cierto, y tiene tantos escondites que no me dejo de soprender cada vez que lo releo. Me gustó.

Anónimo dijo...

los que se sientan asi que no dejen de denunciar quiza con el
tiempo tengsn alguna respuesta oportuna muy buena historia