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EL BURRO DE NORIA

No podrá resultar un vano empeño
vaciar cangilones de mi noria,
ni sembrar en el surco de mi historia
la esperanza fecunda de otro sueño.

No desprecio lo grande ni pequeño
porque vive en mi cuerpo una ilusoria
primavera de luz, una irrisoria
sensación de ejercer de pedigüeño.

Hoy mendigo la línea divisoria
de mi pan y los panes de mi dueño,
que conmigo camina en moratoria.

Aprendí la lección que ahora te enseño:
el pensar y el sentir se hacen escoria
si nos vendan los ojos tras un leño.

Sonetodedicadoatodos/aslos/lasqueestánesclavizados/dasalasideasopalosdecualquierhijodeputa

1 comentario:

Anónimo dijo...

!Muy bien construído este soneto!