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bourbon street


Una luna ciega se ha posado
esta noche iluminada
a los pies de la Bourbon Street.
Me he dejado caer
en un balcón sin alma,
lejos de cualquier atisbo de humanidad,
añorando con fuerza
los tiempos en que era
pájaro de la mañana.
Camino del aeropuerto
observo el infierno hecho cenizas,
la azafata solícita
mulle mi corazón al encendido
de los motores.
Aterrizo en el JFK ya bien de noche,
me espera el chofer de Álamo Cars,
-previo pago-
me va a llevar al Pennsylvania.
Después
te llevaré a ese club de jazz, en la
séptima con la 39,
-previo pago-
que tanto te gustaba
cuando éramos pájaros
en la mañana.

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