Futuro incierto

Carmen
Con tantos adelantos, yo creo que se nos ha olvidado lo necesario para vivir bien. Parece que la Humanidad se haya vuelto loca. ¿Cómo puede ser posible que sea tan fácil hoy día adquirir un teléfono móvil y que nadie sepa hacer pan o cultivar trigo y distribuirlo? Hasta los africanos de las pateras usan móviles y GPS para comunicarse y orientarse en el mar, y, sin embargo, no se les ocurre nada para sobrevivir en sus respectivos países. Europa protege y subvenciona agricultura y granjas, que una vaca europea vive más protegida y tiene mas recursos y más derechos que un niño africano, pero además ordena a África el café o el cacao que tiene que cultivar para nosotros. Y los africanos, a pasar hambre, pero orientándose hacia el norte y hacia nuestros disparates con el GPS que les vendemos.
El homo antecesor de Atapuerca era más lógico que nosotros. Ellos comían para vivir, y se dejaban morir cuando ya no disfrutaban de la vida. No sé por qué los países africanos e hispanos envían a sus alumnos a estudiar a países desarrollados como Bélgica, Francia, EEUU, o aquí mismo, a España. En el primer mundo sólo les podremos enseñar a ser obedientes, que es lo que menos necesitan para sacar a sus países de la miseria.
Tampoco entiendo cómo nos preocupamos tanto por hacer fotos de Marte, habiendo tanta gente muriéndose de hambre. Debe de ser que nos aburrimos y que la pobreza de los demás es muy divertida. Eso debe de ser, que nos pone ver en los telediarios como se mueren de hambre los niños y se los comen los buitres.
Ayer estuve con una cuidata que me acompañó al oculista y hablaba de la revolución de la mujer, que la mujer debía dominar el mundo, que nosotras tenemos más sensibilidad porque tenemos más cercanía con la vida (quitando algunas locas como Margaret Thatcher). Las mujeres que construyen tejido productivo con los microcréditos, por ejemplo, están haciendo una revolución de verdad, la única viable, la economía de subsistencia, y están haciendo mucho bien a su gente. Ya en época de Franco, la directora del grupo escolar donde daba clase mi papi, es otro ejemplo, puso una celadora para curar las heridas de los niños y un aula especial para alumnos que necesitaban refuerzo. Aquella mujer parecía una africana por su sentido social.
Pero ahora, hasta los africanos se orientan con móviles y GPS para huir de sí mismos y venir a esta locura que somos nosotros. Esta crisis que tanto nos está asustando y que nos machaca la economía yo creo que es una crisis de todo.

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