Un rencor sordo

Isa
De muy buena gana me vengaría yo de mi silla de ruedas. Detesto estar aquí sentada, en esta silla, día tras día, prisionera. Odio a mi silla, ella no lo sabe bien. Odio no poder moverme sin ella, no poder manejarme a mi aire y hacer lo que me dé la gana, no poder correr, no poder saltar a la comba, y odio depender de todo el mundo para simplemente levantarme de la cama. Poder volver a andar y a correr es para mi el sueño más maravilloso. Pobre silla mía, ella no tiene la culpa, pero lo único que se me ocurre, como agradecimiento a los servicios prestados, es subir a la montaña y tirar la silla desde lo más alto ¡¡¡Cómo lo disfrutaría!!!

No hay comentarios: