Enseñar los dientes

Laura y adredista 1
En un pueblo, no muy grande, vivía Manuela, una señora bastante rica y que no se distinguía por su amabilidad. Su único afán era guardar dinero y soltar lo menos posible.
Agustina, mujer sencilla, llegó a su casa como criada. ¿Cómo aguantaría Agustina las consecuencias de aquella señora Manuela, tan egoísta?
Debería hacer la compra con el poco dinero que le asignaba. Al volver del mercado su ama siempre exclamaba:
– ¿Sólo traes esto? Es demasiado poco y de mala calidad.
–El dinero no daba para más –murmuraba temerosa Agustina.
–Pues haberlo puesto de tu bolsillo –contestaba irritada el ama.
Agustina callaba. Y la escena se repetía a diario. Hasta que la pobre criada decidió poner algo de sus ahorrillos para mejorar la compra.
Pasaron pocos días y Agustina se quedó sin dinero. Esto resucitó la ira de su señora Manuela.
Agustina ya no aguantó más y contestó:
–He puesto de mis ahorros para que Vd. se sintiera contenta y sólo he conseguido que aumenten sus enfados y sus malos humores, espero que esto tenga un final.
El ama, irritada, decide despedirla. Agustina acepta el despido con una pequeña condición, que la aguante hasta el final del día, cosa que el ama aceptó como una ventaja más.
Al finalizar la jornada, la señora Manuela presentó las cuentas según lo establecido en el contrato. Agustina, sumisa como siempre, las aceptó, a pesar de no figurar en la liquidación el dinero que había puesto de sus ahorrillos.
Se despidió con cara de alegría y dándole las gracias a la señora. Cuando el ama fue a la caja de los dineros se encontró con una sorpresa. Una nota escrita a mano decía: "He cogido por mi cuenta, de su caja, el dinero que puse de mi bolsillo, pues estaba segura de que Vd no me lo iba a pagar. Además, he añadido lo que yo considero justo, como precio por las broncas y humillaciones que me ha proporcionado sin razón alguna y que no entraban en el contrato. Espero que no se moleste por ello". Y firmaba “Agustina”, así, con todas las letras, que hay gente que sabe enseñar los dientes en el momento oportuno.

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