Sentada del 24 de septiembre de 2009

GENTE EN MADRID · del 18 al 25 de septiembre de 2009

UNAS CIEN PERSONAS RECLAMAN DERECHOS PARA DIVERSOS FUNCIONALES

Derecho a una vida autónoma
La Marcha por la Diversidad Funcional propone modelos para una vida independiente

Nota de Patricia Reguero Ríos

La III Marcha por la Diversidad Funcional congregó en Madrid a más de un centenar de personas que pedían en nombre de otras muchas el derecho a una vida independiente. “La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de Naciones Unidas nos dio unos derechos, ahora hay que “lucharlos”, decía el manifiesto que leyeron varias personas al acabar el recorrido.

En la lucha de esos derechos están personas como Eva Santos. Venía de Euskadi, y en sus manos traía un proyecto. “La cooperativa es el modo de gestión más fiel al modelo de vida independiente”, explica. La Cooperativa de Vida Independiente que Eva quiere poner en marcha tiene como objetivo “apoyar la autonomía personal y la igualdad de oportunidades” de las personas con diversidad funcional. Para ello, hay dos conceptos clave. Uno es la figura del AP (Asistente Personal),un trabajador que permite movilidad fuera del hogar y acompañamiento en las actividades de la persona con diversidad funcional. El otro concepto es el “pago directo”, una prestación con la que cada persona elige y contrata a su AP.

No se trata de facilitar a un “discapacitado” un servicio de ayuda domiciliaria, sino de apoyar a una persona para que pueda llevar una vida lo más independiente posible. El modelo, pues, cuestiona el sistema de las residencias. Miguel,un AP, se refiere a ellas como el lugar en que cumplir un “arresto domiciliario”.

Para explicarse, Javier, que ha quedado rezagado, muestra un poema de José Hierro:

“Los ballenatos, los jóvenes, los útiles [...] hablaban en asambleas nocturnas [...] de la necesidad imperiosa de librarse de ese lastre”.

Javier se siente una ballena varada.


ASISTENTE SEXUAL 3
HeavyMetal
La primera vez que fui hasta Montera para follar, me bajé en Callao, no había tren de cercanías en Sol.
Bajé del ascensor de Callao y fui por la Gran Vía.
Pasé junto a un limpiabotas y le dije que tenía ganas de que una chica de Montera me hiciera una pajilla.
–Te comento, estuve con una mujer de esas y te cobran 30 Euros por ese servicio.
Yo llevaba un pantalón con un bolsillo a la altura de la rodilla y allí tenía la pasta. Llevaba 30 euros.
Encontré a una chica en una esquina de Montera, que me estaba esperando. Y le digo: –¿Me follas?
Meto la mano en el bolsillo y saco la pasta.
Pues aún así, la chica no me quería hacer la paja. Decía que dónde me iba a llevar, que todos los pisos tienen muchas escaleras.
Le dije que yo andaba un poco y que podía subir. Pero me metió en un ascensor muy pequeño y nos tuvieron que ayudar unos señores para salir de allí.
Entre todos me metieron en una habitación con una cama y me tumbé.
La mujer me bajó el pantalón y me puso la goma en la polla. Empezó.
Ella no era joven. Fue mi primera experiencia y no fue mal.
Otras veces sí que me fue peor. En esa calle las chicas siempre quieren ver el dinero por delante. Eran dos las chicas y yo les enseñé el dinero.
Una de ellas me lo cogió y dijo que iba a alquilar la habitación del hotel. La otra se quedó conmigo.
La amiga tardaba y la que estaba conmigo me dijo que se iba a buscar a la otra.
Todavía las estoy esperando a las dos.
Yo voy por Montera a menudo. Un día una mulata, en un portal, me pidió cinco euros.
Cómo yo tenia un billete se lo regalé.
En Chueca, otro barrio golfo de Madrid, me volvieron a engañar. Esta vez en un sexshop, que la tía se fue con la pasta y me dejo sentado en un sillón, esperando el zumo.
Todos los hombres necesitamos de sexo. Es muy importante, aunque hoy fui con María Laura y no me he corrido.
Pero a María Laura no le importó. Yo iba a despedirme.
Le entregué a las diez y media los cincuenta euros. Se lo di antes por si me los quitan por allí.
Maria Laura no me pudo atender hasta mediodía, que estaba muy ocupada.
Le dije que me marchaba de vacaciones y le expliqué que me corrí anoche.
Y ella me dijo: –Ya no tenemos 20 años.
Pues va a tener razón María Laura. También vas a necesitar una silla de motor, tu pierna derecha se cansa ya de remar.
En fin, que nosotros, los diversos funcionales, si no pagamos el sexo, no nos comemos más que soledad.


CRIMINALES
Rosa y adredista 0
Quisiera saber por qué los hombres matan a las mujeres. En realidad, lo que quiero es conocer los motivos que llevaron a Aníbal a matar a Celeste. Este crimen yo no lo veo nada razonable. Hacía veinticinco años que los conocía. Todavía no eran pareja, aunque lo iban a ser muy pronto. Desde que empezaron a tontear los vi muy enamorados. Como Celeste le quería tanto a Aníbal, a mí ni se me ocurrió disputárselo jamás. Aunque yo creo que Aníbal no la quería a Celeste tanto como ella a él. Pero sí que la quería, a su modo. Aníbal siempre me pareció muy pasota, y eso a pesar de haberlo conocido trabajando todos los días de su vida. Yo creo que esa cosa irresponsable que tenía era lo que más le gustaba a Celeste de su marido. Y no era nada violento, más bien parecía vivir muy relajado, lo mismo cuando iba a trabajar que cuando volvía del trabajo y sacaba a los niños al columpio, que era cuando yo más lo veía. Tenían la parejita, que la niña mayor habrá cumplido los doce años estos días. Celeste es mi mejor amiga y creo que la conozco muy bien. Jamás me confesó que le fuese mal con Aníbal. Ni me imagino qué ha podido ocurrir entre ellos dos que provocarse esta tragedia. Siempre he sospechado que Aníbal, con todo y su pasotismo y su cachaza, era un poco celoso. O mucho, no sé, porque lo que es Celeste jamás me habló de ello y, desde luego, nunca le dio motivos, eso sí lo sé. No encuentro ninguna explicación consistente para este disparate. Ignoro si algún crimen la tendrá, creo que no, al menos la razón que lo legitime. Pero que Aníbal haya matado a Celeste es algo que me supera. Celeste es mi amiga y no nos merecemos esto.



GRACIAS POR LA PRIMAVERA
MaryMar
Lo que más me gusta de la primavera son las flores, por el color que dan a los parques, llenos de niños jugando con sus padres en los columpios.
Me gusta mucho ver a los niños, me siento en un banco y los veo jugar. Me acuerdo cuando yo era pequeña e iba con mi madre al parque y jugaba con ella y con mis hermanos. Con mi padre nunca jugué porque estaba trabajando. Había otros chicos que no jugaban con nosotros porque no les gustábamos, iban a lo suyo.
Después del parque íbamos a tomar una Fanta a un bar que había cerca del centro donde yo vivía.
En el parque, los pájaros, a mí me gusta mucho verlos y me entretiene oírlos cantar. Mi madre, para no aburrirse, habla con otras personas.
Me encanta Leganés. Suelo salir a dar paseos con mi hermano Benjamín por los jardines, y a Parquesur, para ver ropa. Él me saca a pasear. Mi madre también me saca a veces al parque, a escuchar a los pájaros. Cuando viene mi hermana, también paseo con ella y con mi sobrino.
Tengo dos sobrinos, uno de cada hermana. Uno se llama Pablo y otro Pedro, de 4 y 3 años. Son un poco revoltosos, como todos los críos. A Pablo le gusta empujar mi silla de ruedas, su madre dice que la lleva muy bien, y la verdad es que la empuja mejor que ella. Salimos al parque y les veo jugar con la pelota.
Me encanta que vengan a verme.

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