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UN PUENTE BAJO EL ARCO IRIS


Me sentía muy orgullosa de haber inculcado a mis hijos, la tolerancia, la paciencia y sobre todo, la solidaridad y el amor al prójimo. El resultado fue positivo y además superó mis expectativas.
Me consideraba una persona afortunada a pesar de las penalidades que me había tocado sufrir. Al cabo de los años y ahora que estaba jubilada continuaba sintiendo la necesidad de luchar por otros objetivos, de ir más allá y todo giraba en torno a lo mismo. Ellos me secundaban e iban a continuar mi labor.
Mis cinco hijos eran iguales y diferentes. Cuatro había salido de mi vientre y el quinto de mi corazón. Les quería a todos con idéntica pasión de madre. Me quedé extasiada contemplando las fotografías que decoraban el mueble del salón. Me casé muy joven con mi novio de toda la vida, enviudé a los cinco años y con dos hijos por criar. Luego comencé a ejercer mi carrera de medicina y me fui durante un año por el mundo para aportar mi granito de arena y ayudar en lo que pudiera. Regresé de África con Joao mi segundo marido con el que aprendí todavía más cosas de la vida. Tuvimos dos hijos maravillosos luego adoptamos a Xiaomei una preciosa niña oriental que no tenía familia. Nosotros pasamos a convertirnos en la suya.
Ella es quien ha proclamado a los cuatro vientos, la unión entre los pueblos, entre sus gentes. Ella ha sentido tanto nuestro cariño en su ser, en su alma que ha procurado inmortalizar de algún modo la importancia del amor en el mundo sin que importe, raza, color, condición social, religión o ideas. Sin fronteras. Me arreglé para asistir a un acto público al que estaba previsto asistirían cientos de personas. Xiaomei iba a dar una conferencia sobre ese tema. Llevaba por título: UN PUENTE BAJO EL ARCO IRIS. Las lágrimas rodaron por mis mejillas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy edificante. Debería ser un ejemplo de como tendríamos que pensar todos.

Anónimo dijo...

Este relato transmite emociones. Llega al lector, parece como si estuviera viendo a los protagonistas. Enhorabuena

Anónimo dijo...

¡Qué bella imagen la de un Puente bajo el Arco Iris! No podía ser mejor. Es conmovedor.