Son cuñadas

Mercedes
Había dos cuñadas que tenían un problema. Apenas se les veía hablar ente si y pasaban mucho la una de la otra. Esta era la consecuencia del problema.
Porque el verdadero problema de las dos cuñadas eran ellas mismas. Una, por ser demasiado lista, y la otra, por ser demasiado tonta.
Ayer era el cumpleaños de Javi, el hijo de la tonta. Había invitado a los primos y a los tíos y allí estaban todos, en la barbacoa del chalet.
Cuando llegó la hora de la tarta, la madre tonta propuso que todos brindasen con champán. Los niños aplaudieron con entusiasmo. Pero la madre lista intervino para poner orden y dijo que los niños brindarían con cocacola.
–Claro, como tu marido es alcohólico, no quieres que tus hijos lo prueben, no vayan a caer –dijo la tonta.
–Para que no te llamen imbécil, lo primero que tienes que aprender es a cerrar la boca –contestó la lista.
No era la primera bronca entre ellas y no iba a ser la última. Eran dos cuñadas incompatibles.

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