La generosidad de las cucarachas

Peva
¿Generosidad? Y esto ¡qué cojones es!
Es oír la ocurrencia y todos salimos corriendo, pocos hay que se queden a ver lo que se pide. Yo no, desde luego. Yo creo que es una palabra en desuso.
Y sin embargo continúa habiendo casos inexplicables entre nosotros, o sea, por ahí, casos en que la generosidad es incondicional, como pueda ser el de las madres con sus hijos, ¡qué no haría una madre!
Vamos a comenzar por el principio, por ver si esto tiene alguna explicación. Desde que la semillita de los cojones toma posesión de su óvulo, el cuerpo de la mujer, “como es normal”, sufre una metamorfosis de arriba abajo, empezando por la cabeza, y de dentro a fuera, o sea, barriga, tetas y culo, mucho culo, que esto no se dice.
Y en su cabeza ya no es la misma chica despreocupada que conoció el de los cojones un día, ahora ya tiene otro ser dentro que le produce molestas varices en las piernas, pero sobre todo un ensanchamiento sin proporción de todas sus curvas, tan bien asfaltadas hasta aquí, hasta este momento de su vida, y esa cara de torta que se les pone a todas.
Se diría que la generosidad que embarga a la futura mamá está haciendo estragos en su anatomía, por dentro, pero sobre todo por fuera.
Ya lo de parir, por mucho que duela, se comprende. Llega un momento en que te hartas de engordar y tienes que tomar medidas, por muy drásticas y dolorosas que parezcan a simple vista.
Pero lo divertido viene ahora, esas noches en blanco que esperan a la mamá, ¡eso si que se puede llamar generosidad! O es generosidad o es algo peor.
Pero el tiempo pasa y todo vuelve a su estado natural, con un poco suerte, la cara, las tetas, el culo, la barriga y sobre todo las hormonas.
Además, su bebé duerme más y caga menos y ella se hace ilusiones. Y por fin vuelve su gran noche, la noche tan esperada en que va a volver a salir, ¡por fin ha encontrado una canguro por unas horas!
Pero, lo que es la vida, esta misma noche la canguro, camino de su trabajo, o sea, camino de la casa de nuestra mamá, se ha encontrado una enorme y asquerosa cucaracha, sí, una de esas cuya estrategia como especie es tan afortunada que nos precedieron y nos sobrevivirán, una cucaracha tan grande que la hace retroceder tan espantada que tropieza con una farola... y terminó en urgencias con el tabique nasal roto.
O sea, ¿qué ha pasado? Muy sencillo, ocurrió lo que continuará ocurriendo durante toda la vida del bebé y de la madre, que la mamá, que ingenuamente imaginó llegada por fin su hora de salir de juerga al fin, después de muchos meses de estar en casa cuidando a su bebé, seguirá en casa cuidando a su bebé.

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