Sentada del 3 de marzo de 2011

UNA ROSA
Rosa
De buena gana escupiría a ese prepotente, pero es el jardinero y sería inútil, está acostumbrado a que lo escupan. ¡Cuántas menos fuerzas tengo, más ganas me dan de escupir a todos los que mandan!
Había besado a una rosa recién abierta y el muy bobo me ha insultado.
–Mujer inútil, –me ha gritado– no cortes esa rosa, que está más viva y es más necesaria que tú.
–No la corté, cenizo, la admiro y la beso –grité yo indignada desde mi silla de ruedas.
–No la cortaste porque estaba yo aquí, mentirosa, inútil –continuaba insultándome.
–Tú sí que eres un cagón y un esclavo obediente, que te quitas la gorra cuando pasa el capataz –le respondí.
–Será zorra esta coja de mierda –masculló entre dientes lo suficientemente alto para que le oyese y apuntó el chorro de su goma de riego hacia mí.
–Serafín, ¿qué haces? –grito a mi lado un muchacho también vestido de jardinero, al que yo no había visto.
Con una agilidad envidiable se puso delante de mi silla y del chorro de agua que ya me alcanzaba.
–Le estoy dando una lección a esa coja, que se ha atrevido a cortar una rosa delante de mí.
–Tú sí que eres un capullo. Y retira el chorro de agua, no me salpiques si no quieres que te meta la goma por el culo.
–Y abra la llave –apoyé yo al muchacho.
Y el jardinero Serafín apartó la manguera al momento y no hubo más. Pero a mí me volvieron estas ganas de escupir a diestro y siniestro a todos los que mandan humillando.



CEREZAS Y MALES
Carmen
La Balbina y la Horosia estaban hablando de los últimos sucesos del pueblo. Quintana Redonda, el pueblo donde mi padre era maestro, dormía la siesta. El maestro se empeñaba en que los chavales aprendiesen, pero ni repartiendo cachetes había conseguido despertarlos, ni siendo más sargento que mi segunda fisioterapeuta, Guillermina Saavedra, que, a pesar de ser de la dulce Canarias, era una cabrona dictadora, que todos imitábamos su mal genio y nos reíamos... Bueno, ¿dónde estaba yo?, ya me he perdido… ¡Ah, sí!, decía la Balbina:
–¿Ya sabes lo que ha pasao en casa de los Toribios?
–Algo me ha llegao –se explica la Horosia– pero no me lo creo. He estao con pulmonía, eso me dijo el médico, y no he podido salir de la cocina. Tosía más que con la tosferina. Cuéntame.
–Pues mira, todo empezó conque el Prudencio se colgaba del pozo, porque l’ha vuelto a dar el mal en su magín. Se le han muerto las ovejas antes de apoquinarlas, no ha podido con el crédito y s’ahorcao.
–Pobre Anastasia, qué trago habrá tenido que pasar.
–Y tanto, que no lo resistió, Horosia, hija, que no lo resistió, que pasó algo peor…
–No me digas que era verdad lo que ma llegao. Ay, dios mío, que las cerezas y los males llevan otros tales.
Las comadres se dieron un descanso para presignarse, tantos disgustos se digieren mejor con pausas.
–Pos mira, Horosia, hija, sí, la Anastasia s’ha tirao a remojo en el río esta misma mañana y s’ha ahogao. No lo aguantaba, tanta desgracia. Se ha vuelto loca, primero el padre y luego la hija.
Y volvieron a hacer pausa y volvieron a presignarse. Terminaba la siesta y comenzaba a oírse la campana mayor tocando a muerto.
–Hay, pobre Toribio –se lamentaba la Horosia–, se ha quedado solo. Y tanto esfuerzo por criar al hijo… ¿Qué pasará con ese chaval ahora? ¿Se llamaba Paquito?
–Paquito. No sé qué será de él, pero nada bueno. Parece que es listo como el hambre, que ya sabe las cuatro reglas. Con 6 añitos ése lo tiene todo en contra, aunque es listísimo. Esto trae cola...
–A lo mejor no, mujer, a lo mejor todo se olvida y todo se endereza... A lo mejor ese niño va a ser algo grande.



MONJAS DE ESQUINA
HeavyMetal
Que mosqueo pille ayer, llegando a casa. Venía poco a poco por la acera.
No tenía prisa. El colega, que salía de mi casa, me dice: “No puedes con tu culo”.
Venía yo de Montera. Tengo nueva chica. Para ir ha ver a María hay que madrugar mucho.
Andrés, que así se llama el colega, lo que pasa es que me tiene envidia. Yo le quiero mucho.
Pero me cabreo con él, mucho.
¡Que no me canso! ¡Colega, que venía pensando!
Estuve también con Pamela, de RosaNegra, es muy guapa.
Llevamos un mogollón de tiempo escribiendo.
Qué grupo más original. Cada vez más desconfío de este grupo, se han muerto muchos.
Somos un grupo bastante numeroso, llevamos más de 10 años escribiendo más de 15.
Yo soy el más veterano, desde el año 98 ha llovido mucho.
Finales de los 90, si desconfío de este grupo es un error.
Tampoco desconfío de aquellas monjitas que me hacen el amor.
Estas sí que son monjas, y no las de convento. Estas son monjas de esquina.

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