Palabras de agradecimiento

Fonso
Cuando comencé a escribir este libro, Jaula de oro, del que todos habéis hablado en este acto, unos bien y otros no tanto, pero que habéis leído y eso se agradece, quería contar lo mal que lo estoy pasando y que se me oyese. Mi vida no es fácil, nunca lo ha sido. Sin embargo, ha habido momentos en que yo he sido feliz. En las residencias del IMSERSO he sido feliz. Al principio, cuando yo era más independiente, era feliz, los que me conocéis lo sabéis. Hoy no soy feliz, también lo sabéis. Nadie me ha enseñado a vivir. A vivir se aprende de niño, con modelos como el padre o los profesores, pero yo no tuve infancia, nadie me enseñó el lado amable de la vida. De pronto, cuando ingresé en la residencia del IMSERSO de Alcuéscar, a pesar de la extrañeza de los primeros días, encontré mi lugar, no estaba solo, estaba entre iguales, o sea, entre cojos, y allí descubrí la verdadera amistad. La residencia estaba entre cuestas, en el peor sitio imaginable para nosotros, pero yo me sentía en casa, allí se vivía bien. También en Alcuéscar descubrí el amor por primera vez en mi vida y no me lo podía creer. Todo esto lo habéis leído en el libro. ¿Por qué ya no soy feliz? No sé cuándo ocurrió, pero mi vida desde hace un tiempo se ha vuelto a convertir en un infierno. Me veis cada día y lo sabéis. No puedo evitarlo, no sé evitar esta impotencia que me hace vivir amargado. El libro me ha dado la posibilidad de explicarme. Es para mí una satisfacción que lo hayáis leído. Os juro que lo último que yo hubiera soñado para mí es hacerme la víctima. No me gusta ir de víctima por la vida, nunca me ha gustado. No me quejo. Sólo grito y quiero gritar porque no soy feliz, no vivo bien, me siento pillado, prisionero, y no sé cómo escapar de este cepo. No sé qué hacer, pero esto no es una queja. La vida no me ha dado mucho, y lo poco que he recibido lo agradezco. Os agradezco vuestra ayuda a los que me asistís y ayudáis, y también a los que me habéis asistido y ayudado en otro tiempo. Y a los que habéis leído el libro, os lo agradezco especialmente. Y a los que habéis hablado aquí, también os lo agradezco. Y a los que habéis venido, gracias por vuestra presencia. A todos, gracias: tened paciencia conmigo.

No hay comentarios: