Sentada del 24 de noviembre de 2011

ALGUIEN TIERNO
MaryMar y adredista 7
Si quiero hablar de alguien tierno, lo tengo que hacer de mi madre. Es muy cariñosa con todo el mundo, sobre todo con mis hermanos, aunque yo me llevo la palma, ya que estoy enferma y tengo que vivir en una silla de ruedas. Nunca jamás se olvida de mi cumpleaños. El último fue ayer. No pudo venir a verme porque está enferma, pero me llamó por teléfono y me pidió que soplase las velas y pidiese un deseo.
Me dio una gran sorpresa, ya que me dijo que para los reyes me comprará una silla eléctrica. El modelo que me va a comprar lo probé. Con la mano izquierda no la manejo bien, con la derecha lo hago mejor. En terapia hago ejercicios para conseguir hacerlo mejor. Me pongo de pie y con el andador llego hasta la silla para acomodarme en ella.
Vinieron a verme mi hermano Benjamín, que me regaló dos jerseys, mi hermana Yolanda, que me trajo una colonia que me gusta mucho, pues se lo había dicho mi madre y mi hermana Paloma. Paloma me dio dinero, pues yo se lo había pedido. Salimos a pasear a ParqueSur. Allí me compré un anillo y un colgante con una medalla pequeña. Después volvimos a la residencia, pues era la hora de comer…


CAMARADA
Rafa
Conocía a José María, cuando él iba de la mano de la señora Laura y yo de la mano de la señora Dora, camino del parque del Esgueva, en el barrio de Leones de Castilla, en Valladolid. Nuestra amistad comenzó a tortazos, como suelen comenzar las amistades entre niños. José María daba los puñetazos más fuerte que yo, aunque era más canijo, o quizá por eso.
José Mari tendrá ahora unos 60 años, no conoció a sus padres, puesto que la señora Laura lo sacó del hospicio, donde había vivido acogido desde su nacimiento hasta los tres años. Su madre adoptiva lo había criado como si fuera su propio hijo.
La señora Laura se despidió de este mundo y del barrio cuando su hijo era aún joven. Hasta entonces, él y yo fuimos inseparables. En realidad, aún seguimos siéndolo, bueno, casi. De niños, no había tarde que no terminásemos riñendo, e incluso pegándonos, pero tampoco hubo día que no nos buscásemos. Las esquinas del barrio eran nuestro lugar de encuentro y nuestra palestra.
Pasaba el tiempo, dejamos de pegarnos y comenzamos a encontrarnos en los futbolines, en los billares, en el cine, éramos como hermanos, el hermano que ninguno de los dos tuvimos.
Él se casó al poco de morir su madre, yo también y por la misma fecha, y nuestros encuentros se fueron distanciando. Ya sólo nos veíamos en los bares alguna tarde para tomarnos un vino. Y dejamos de vernos.
Cuando caí yo enfermo, José María ni se enteró.
Estaba yo ingresado en el hospital Río Ortega de Valladolid y mi padre venía a verme todas las tardes. Un día, a la misma puerta del hospital, José María se lo encontró y no le parecía el mejor lugar para pasar el rato un antiguo conocido. Lógicamente, le preguntó quién de la familia estaba averiado.
Mi padre de contó lo mío y desde aquella misma tarde, ya nunca me faltó la visita de mi camada.
Nuestros encuentros, desde aquel nuevo primer día, se han repetido en innumerables ocasiones. Nuestra amistad se ha reforzado, ya no discutimos, nos hemos hecho muy mayores y nos queremos demasiado como para no saber aceptarnos en todo lo que somos cada cual.
La pena es que no lo he vuelto a ver desde que resido en este centro, en el CAMF de Leganés, hace ahora un año y medio.

MINIATURAS XXVII
Iñaki
Un beso,
un cariño,
un buenos días
y no lo olvidaré
en toda mi vida.

Sonrisas,
lágrimas,
instantes,
pero esa sonrisa
vale toda una vida,
lo vale.

Sinceridad y comprensión
son la música del verso,
no,
la música del amor,
la letra de la amargura.

Flor que adornaste un verso,
flor que sorprende a la zarza.

Una preocupación,
otra preocupación,
¡para qué preocupación!
¡no queremos
tanta preocupación!

Calor,
calor y calor,
calor de verano,
la plaza desierta.

Escritora,
tus palabras quedan escritas
en la piel del mundo,
escribe
palabras de justicia.

Gracias por el pretexto
del cariño, escritora,
para este privilegio
de tus pensamientos
de ida y vuelta.

No hay comentarios: