Sonia, la xenófoba

Estrella
Hace un año que Sonia terminó sus estudios de hostelería y desde entonces está buscando trabajo. Echa el currículo en diversos establecimientos, hoteles, bares y restaurantes. Todos los días se levanta muy temprano, se maquilla bien para disimular su acné, se viste de negro, es un poco gótica, y sale en busca de un empleo.
Cuando cierra la puerta de su casa Sonia sale llena de energía. Siempre tiene la esperanza de que este día será diferente.
Hoy ha comenzado por un bar de la calle Huertas. En la barra servía los desayunos un colombiano. Dejó su currículo y se fue con menos esperanza de la que había entrado.
Pasó después a un restaurante en la misma acera. Sólo pudo hablar a esa hora con un ecuatoriano y se fue de allí con menos esperanzas todavía.
Ha recorrido toda la calle y su optimismo se ha agotado por completo.
Son las once y media y se va hasta la plaza Benavente porque tiene una entrevista con un jefe. El tipo le hace saber cual será su trabajo y, lo que es peor, su salario. Sonia se descompone al ver que es muy poco lo que le ofrecen para tanto como le exigen. Y otra vez que la entrevista termina de la peor manera: “Ya te llamaré para decirte si te admito o no, que tengo más entrevistas que hacer”. A la salida se encuentra con varios latinoamericanos.
Cuando Sonia vuelve a casa llega muy desanimada y muy decaída. Es cuando comienza a hacer balance de este último año y se desespera. Un año de entrevistas y más entrevistas para trabajar, si acaso, algún fin de semana, alguna fiesta, algunos días de vacaciones.
Ha dado las suficientes vueltas por toda la ciudad para sacar algunas conclusiones. El trabajo que ella busca, de camarera, de cocinera, de azafata, siempre termina haciéndolo algún o alguna extranjera. ¿Y qué pensar ante esto? Pero sobre todo, ¿qué sentir?
Durante estas tardes tan desanimada, después de todo un día buscando infructuosamente trabajo, Sonia no puede evitar que su odio a todo lo extranjero crezca. Pero esto no evita que se sienta cada vez más poca cosa, como un ser inferior, como una hormiga.

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