Fili, en su memoria

Laura y Adredista 1
No soy capaz de hablar del odio a nadie ni a nada, por más que sea lo que toca, y mucho menos en estos momentos en los que estoy dolorida por la muerte de mi cuñado Fili, Filiberto. Me impresionó sobremanera la noticia de su muerte, aunque tengo el consuelo de su muerte tranquila y sin molestias para nadie de los suyos, como él quería que sucediera. Murió por un fallo cardíaco, sin sufrir y sin enterarse de nada.
Era un tipo de enorme tamaño, pero un buenazo. Se casó con mi hermana Alicia, que es un poco mayor que yo. No sé el tiempo que estuvieron casados, sí sé que han sido muy felices. Aún no he visto a mi hermana y, os digo la verdad, me da un poco de miedo verla porque no sé cómo la encontraré, me la imagino echa polvo.
Fili fue un gran compañero y Alicia siempre siempre presumía de un buen marido. Los dos juntos solían venir a verme, en mi último cumpleaños me regalaron una caja de bombones. Me gustaba estar con ellos, yo también tengo buen corazón, por eso me dediqué a la enfermería.
Fili siempre nos hacía reír a todos los hermanos porque era muy gracioso, y sus hijos disfrutaban enormemente con él. Su hijo mayor, ahora no recuerdo su nombre, acompaña a la madre en estos duros momentos. Fili me llevó muchas veces a la sierra, él sabía que me gustaban esas excursiones, a las que me enganchó mi amiga del alma Marisa, con la que hablé hace pocos días.
El recuerdo de estas vivencias con Fili y el buen comportamiento con mi hermana, con Monse y conmigo, que somos las pequeñas de la familia, me ayuda a superar estos malos momentos.

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