Mi brazo izquierdo

MaryMar
Este brazo se me va donde quiere. Me rasca la nariz cuando no me pica. Me enseña el anillo de plata cuando no se lo pido, el que me regaló mi madre.
Tengo un brazo que no se pone de acuerdo conmigo. Cuando hacemos gimnasia en las paralelas, mi brazo no quiere agarrarse y me caería si no estuviera colgada de la grúa. Sin embargo, cuando bailo con el fisio, César, mi brazo se agarra a su cintura y no se suelta ni siquiera cuando termina la música.
Tengo un brazo que está más conectado a mi corazón que a mi cerebro, y más al fisio que a mí.
Es lo que tienen estos brazos de ahora, que se parecen cada vez más a un gato, por lo caprichosos.

No hay comentarios: