Un hijo de puta

Estrella
No hay ser más despreciable, ruin y mezquino que él. Se llama Ambrosio y era un amigo de mi profesor de Matemáticas cuando yo estaba estudiando Peluquería. El profe me caía bien y por ahí se coló en mi vida el otro.
Yo se lo presenté a mi mejor amiga, Belén, y el muy capullo la violó sin ningún escrúpulo. Las dos éramos unas niñas y por eso Belén no fue capaz de decírselo a nadie, lo que le había ocurrido. Solo ella y yo lo sabíamos. Pero ella terminó fatal, muy mal, el secreto pudo con ella. Murió de pena.
A Ambrosio, yo comencé a verlo como a una babosa que se va arrastrando por la vida, sin importarle lo más mínimo ensuciar a la gente que está a su alrededor. Solo de pensar en él me entraba en la boca del estómago un fuerte retortijón, que podía dar paso a arcadas y producirme un gran vómito.
¡Dios mío, qué asco, qué repugnancia y qué lastima que haya monstruos así por la vida!
Pasado el tiempo, me enteré de más detalles de su cutre persona. Maltrataba a su mujer cuando bebía, y resulta que no sabe hacer otra cosa que trabajar y beber. Es un violador, no solo de adolescentes, sino hasta de su propia esposa.
El otro día vino a mi casa el profe de matemáticas, hacía un siglo que no nos veíamos aunque siempre hemos mantenido el contacto, y por casualidad me habló de Ambrosio. Me contó que le había pasado algo muy malo.
Le tiré de la lengua y me dio más detalles. Su mujer le había denunciado por malos tratos y se había divorciado. En el reparto de la herencia, ella se había quedado con la empresa familiar y él sin trabajo. Ambrosio fundió lo suyo en cuatro días y ahora está en la calle.
De pronto me di cuenta de que la vida le ha dado lo que merece, que no hay como cumplir años para que a cada cual le llegue su San Martín. Y también he comprobado que no me importaba lo más mínimo lo que le pasaba.
O sea, que del asco he pasado al desprecio y el desdén. No me importa lo más mínimo ese ser. Por poneros un ejemplo, me importa más Bin Laden que él, así que si le va bien o mal allá él, me es indiferente.

No hay comentarios: