Moderna

Conchi
Yo siempre quiero aparentar lo que no soy. Me vestiría siempre con pantalones vaqueros, chupas de marca, reloj de marca, botas de marca... O sea, me gustaría aparentar ser más joven de lo que soy para que los tíos buenos me dijesen: “Tiorra, estás como un tren”. Y si con la ropa no fuese suficiente, me operaría lo que hiciese falta: me estiraría la cara para quitarme arrugas, me rellenaría las tetas con silicona para lucir escote, me haría una liposucción para acabar con los michelines de una vez, me quitaría unas tres tallas de culo para igualarlo con el de Jennifer López.
Todo esto es lo que haría si pudiera, y no es que me dé miedo pasar por el quirófano (que ya lo he hecho 15 veces), pero mi salud no me lo permite, me podría quedar en la mesa de operaciones. Hasta ahora los cirujanos sólo me han puesto la mano encima para intentar corregir mis problemas de movilidad, porque nací tan pronto que pillé a todos desprevenidos. Sobre todo, a mi pobre madre, que a poco más se desangra y se muere en el parto.
En realidad, casi sería un alivio una operación de estética y que, por una vez, me estirasen un poco la cara en lugar de las piernas.