Laura
Mi
asistente personal, que es mi amiga después de tres años de
acompañarme, es una mujer con muchas agallas. Se vino con su marido
y sus dos hijos de Rumanía sin conocer nada, ni idioma ni oficio.
Siempre ha trabajado en lo que salía, sobre todo de asistente. Su
preocupación hoy es su marido, que trabaja en la construcción y
está en el paro. Hace falta mucho valor para enfrentarse en sus
condiciones al paro, esa gran calamidad, y a la incertidumbre de no
tener para alimentar mañana a tus hijos. Yo quiero mucho a mi amiga
y la admiro por abrir los ojos cada mañana y sonreír todavía a la
vida.
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