Miniaturas / XLIX


Iñaki
Nunca me digas que me quieres,
nunca me digas que no me quieres,
¡hay que mentir tanto para amar!

Ese guiño de ojo
me dejó cojo,
ese guiño de circo
me dejó bizco,
un guiño de record,
un guiño de amor.

Me tengo que retirar
del amor,
me tengo que retirar
de las lágrimas.

La calle sube,
la calle calla,
la calle es una montaña.

¿Un amor que no escucha?
¿Un amor que no disculpa?
No hay amor sin compasión.

Decías que escribías,
decías que llorabas,
decías… lo decía.

¿Por qué no me dejas probar
a hacer lo que hay que hacer?
¿Y por qué no puedo ser libre?

Escuchar por escuchar
obliga al otro a callar.

Cuéntame tu vida,
cuéntamela,
pero no toques una lágrima
de mi puta soledad.

No hay comentarios: