Los escritores adredistas somos mutilados de esta sociedad, no hay diferencia entre nosotros y cualquier otra víctima de las disciplinas. En ESCRIBIRADREDE creamos en común porque compartimos conocimientos, lengua y pan. Nos parece que competir es amputar y por eso sumamos. Creamos historias y consumimos historias para librarnos de esta absurda batalla de todos contra todos en que se convirtió el mundo un día que ya ni recordamos, pues las historias trazan los mapas que nos sacan de aquí, de este progreso que ha vaciado el corazón de la humanidad.
Adrede vino a parar a nuestra lengua desde el latín ad directum, pero a través del catalán adret, lo cual hizo el viaje más entretenido.
Siento la soledad sin necesidad de la sonda. Siento el lunes sin necesidad de la sonda. Siento la ventana y los árboles a pesar de la sonda.
A mi madre la siento sin necesidad de la sonda, y la siento un poco lejos. Siento a Conchi gritando en mi oreja por encima de la sonda. Pero mi madre es un poco buena, tampoco mucho. Siento la sangre que corre por mis venas al fin sin la sonda. Siento la vida y el sol me ilumina y no tengo puesta la sonda al fin.
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