Amigo para compartir

MaryMar
No me importa compartir mi vida con él, lo conocí en esta Residencia y vive aquí. Es un buen muchacho, aunque un poco celoso. Si voy al gimnasio, él va detrás de mí. Es cierto que cuando me ve hablando con otras personas se queda tranquilo. Cuando salgo a dar una vuelta con otro muchacho, aunque sea de La Cruz Roja, quiere saber todos los detalles. Yo le explico que he ido a dar una vuelta y nada más. Entonces se pone contento. Sólo me deja tranquila en el Taller de escritura. Cuando voy al Taller de costura, él también va. Allí hace trabajos de punto de cruz. Ha dibujado en una cartulina un gato, que yo relleno con bolitas de papel. Me observa y sigue a su tarea. Va al gimnasio, pero yo tengo que subir a la habitación a orinar, pues me dan una pastilla y tengo que ir al servicio cada dos horas. Hablo con él antes de ir a comer. Me explica que va a hablar con la sicóloga para que le ayude a estar más tranquilo. Después de comer, se despide de mí. Yo le doy las buenas tardes y nos separamos.
Lo que tengo claro es que si esa persona me pone los cuernos, yo se los pongo a él. ¡Toma castañas¡ Desde que está conmigo siempre me busca. Yo le espero un poquito. Últimamente no sale tanto, ya no va a ParqueSur, que antes solía ir más a menudo. Se queda para hacerme compañía.

No hay comentarios: