Mujeres que luchan

MaryMar y Adredista 7
Hace unos cuantos años tenía yo dos compañeras. Vivíamos juntas en Getafe y trabajábamos en la misma joyería. Nos llevábamos muy bien.
Las joyas de la tienda en la que trabajábamos eran muy bonitas, pero muy caras, y nosotras no teníamos dinero para comprarlas. Nos gustaban tantísimo, que nos propusimos conseguir el dinero para tenerlas.
Hicimos un plan: atracaríamos a gente en la calle. Lo hacíamos muy bien: nos desplegábamos alrededor de un banco y una de nosotras, cuando veía salir a alguien con un fajo de billetes, se acercaba a la persona elegida, simulaba que tenía un mareo y le pedía ayuda. Mientras tanto, otra de nosotras se acercaba con cuidado y le sacaba del bolso el fajo de billetes. Llegaba hasta la tercera, que la esperaba con el coche en marcha. Le daba el dinero y salía disparada. Nos citábamos de vuelta en el piso de Getafe y allí nos repartíamos el dinero.
Con esta pasta nos comprábamos las joyas. Pero nos encaprichábamos cada vez de más joyas y teníamos que seguir robando para comprarlas. Hasta que organizamos un atraco a un banco. Nos metimos en uno que estaba cerca de casa y nos cubrimos la cara con unas medias para que nadie nos reconociera. Encendimos el casete y empezó a escucharse una grabación que anunciaba con voz grave que esto era un atraco y que depositasen todo el dinero en los sacos que llevábamos. Además, avisaba que si alguien quería salir del banco antes de media hora explotaría una bomba que habíamos colocado justo en la puerta de salida. Y cuando terminaba la grabación, volvía al principio. Nosotras cogíamos el dinero y salíamos echando humo.
Para no llamar la atención, seguíamos trabajando en la joyería. Ya no sabíamos donde guardar el dinero. Como no queríamos llamar la atención, pues tampoco podíamos comprar más joyas, o terminarían sospechando de nosotras.
Hasta que un buen día se nos ocurrió, por fin, atracar la joyería. Nos cogimos todas las joyas de la joyería, las que nos gustaban y las que no, y nos dirigimos directamente al aeropuerto, con el pasaje para Punta Cana. Lo habíamos organizado muy bien, nos cambiamos de identidad y ya no nos vemos, pero cada una por su lado nos estamos dando la gran vida. ¡Se siente!

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