Adaptaciones

Conchi
Cómo le ha cambiado la vida de la noche a la mañana a mi vecina Carmen. Se ha tenido que buscar las habichuelas para poder salir adelante ella sola, sin hermanas, sin hijos, sin padres (porque ya habían muerto), y ahora sin marido.
Rafael, su marido, se fue a comprar tabaco y nunca más se supo. Carmen llamó a la policía preocupada al ver que no volvió en todo el día, y a los hospitales, pero sin resultado. Se tuvo que convencer que estaba fumándoselo todo, también la cuenta del banco, que desapareció.
Ahora, cuando Carmen baja a comprar, le parece que todas las vecinas estamos cotilleando y hablando mal de ella y de su marido, pero tampoco es eso.
Y ha comenzado a idearse cosas que no son. Un día que me lo contó, yo le recomendé un psicólogo, porque a mi hija le había ido muy bien.
Y Carmen ha tenido que buscar un segundo trabajo para poder pagar las dos horas de consulta semanal. Tiene alucinaciones, ve a su marido en todas partes, o sea, que ve fantasmas donde no los hay. Sueña que algún día se encontrará con él, le perdonará y todo volverá a ser como antes. Pero otras veces con lo que sueña es con clavarle un cuchillo y sacarle las tripas si se le ocurre volver a aparecer por aquí.
Cuando le cuenta sus sueños al psicólogo, este le receta unas gotas que la dejan tan relajada que ya no se acuerda de Rafael. Y mucho menos, de que la dejó plantada un día que bajaba por tabaco.

No hay comentarios: