Desconfiado

Isabel
Le conocíamos en el barrio como el Salamanca y era un impresentable.
A su mujer la insultaba y la ponía verde.
–¿De quién es el Manolito? ¿Quién es el padre?
–Pues tú, mi vida –contestaba la mujer del Salamanca, asustada.
–¡Tú lo que eres es una puta! Eso eres tú. ¿Algún hijo es mío? Si te tiras hasta al taxista.
Ella sufría y lloraba mucho por culpa de su marido, un celoso empedernido al que había dado cinco hijos y un lugar a su lado desde su primera juventud.

No hay comentarios: