¡Que le den!


Víctor
Hay bocas que no son serias, eso lo sé yo bien, hay promesas que no tienen peso. He oído muchas veces frases del tipo: “Te voy a acompañar cuando lo necesites”, “Te voy a ayudar”, etc. Yo sabía que no me iban a sacar de mis tristezas –hablo de cuando estaba más comprometido, con la depresión– pero necesitaba creérmelo porque necesitaba de compañía. Iban algunos a mi habitación –o sea, iba uno– con CDs aburridísimos, de música heavy, que me tenía que tragar desde la primera canción hasta la última, ¡y todo sea por la compañía!
Tanto ruido y tanta locura me deprimían todavía más que el silencio, pero lo aguantaba todo por no hacer feos a la visita. Yo le pedía que pusiera algo de flamenco: “Aunque no sea más que una rumbita, porfa”, pero nada: “Si esos ayayayayay son lo que te deprime a ti”, me decía. Como a él no le gustaba, si yo quería que viniese a verme tenía que ser metiendo ruido.
Pues ahora me entero de que está yendo a los conciertos de Estopa. ¿Es esto serio? Un día había ido conmigo a un concierto de Camela poniendo mala cara y había vuelto diciendo que no le gustaba. Bien. ¡Y ahora va él solo a ver a Estopa! Pues que vaya, como si se quiere tirar a un pozo, ¡que le den!

No hay comentarios: