Cuaderno azul / 6


Carmen
¿Por qué nos aburrimos tanto? Algunos jóvenes disfrutan más que un mono con las atracciones. ¿O tendrá que ver con el carácter mediterráneo, que nos gusta más jugar que trabajar? Quizá sea porque en los parques de atracciones volvemos a ser niños, o por el vértigo, o por la publicidad … o porque nos aburrimos tanto.

¿Serán las nuevas catedrales de nuestro tiempo los parques temáticos? Compiten a ver cuál es más grande. ¿Cómo es posible que haya espacio, mercado y margen para todos? Yo me quedo alucinada. ¿No harán algún día catapum y no se irán a la mierda?

Siempre me hago esta pregunta al ver otro supermercado u otro centro comercial. Pero claro, que si todo el mundo tiene las mismas ganas de comprar y viajar que yo tengo, dudo mucho que esto se acabe. Lo malo es que las compras no dejan tiempo para nada… la vida se va en trabajar para gastar.

¿Qué diferencia hay entre mandolina y bandurria?
La mandolina vino de Italia y suena más fina. La bandurria española es más grande, un poco.
¡Ay!, el día que no haga preguntas estaré muy mala.

Cuando empecé a escribir, lo hacía como todos los niños, levantaba mucho el lápiz del papel, pero mis padres pensaban que era algo propio de mi naturaleza y no me corregían, hacía las emes como la parrilla de la barbacoa. Poco después aprendí a escribir más normal, pero ya me habían enseñado que yo era diferente sin remedio.

También lloraba mucho cuando veía castigar a mi hermano. A mí no me castigaron casi nunca. Lloraba castigos ajenos y no los míos, aunque no sé muy bien si lo hacía por pena o porque los echaba de menos… me hacía tan feliz que por fin se fijasen en mí, me tomasen en serio y me castigasen alguna vez…

Una palabra que me gusta es librepensador, es una palabra hermosa. El pensamiento tiene que ser siempre libre, aunque haya gente que se atreva a pensar barbaridades como mis amigos los ácratas. Y no soporto los eufemismos; yo no digo tacos, no abuso, pero soy minus y lo digo: soy minusválida, soy coja. Lo malo es cuando me lo dicen los otros. O eso de “oye, tú pareces mongólica”, es horrible. Pero dicho con cariño es libertad.

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