DESAMPARO
Rafa
Yo
siempre me he sentido un indefenso y un desamparado.
Me
desespera mi naturaleza, el no poder caminar, que nunca haya podido
hacerlo como lo hacéis la mayoría, pero sobre todo que cada vez
pudiera menos, pues cada vez iba a peor.
No
me acepto como soy, y bien que lo siento. No consigo aceptar esta
cruz de no poder andar, y por eso me siento tan indefenso. Es una
sensación que me ha acompañado toda la vida, incluso cuando
trabajaba y tenía responsabilidades y era el cabeza de familia que
tenía que sacar a todos adelante. Incluso entonces, especialmente
entonces, me sentía débil, indefenso.
Si
no me he derrotado, que he estado a punto, muchas veces, muy acabado
de ánimo, fue porque nunca me faltaron los apoyos familiares.
¿ABURRIMIENTO?
Peva
Yo
prefiero ir por libre en mis paseos que con una persona sosa y
plasta. Porque con una persona aburrida da la sensación de que las
manecillas del reloj tienen anemia y no tienen fuerza para andar por
su esfera, parece que van a cámara lenta tropezando con cada minuto
del minutero para que las horas se te hagan supereternas. Es como
desesperante, porque por el interior de mi cabeza puede pasar de
todo, y empiezas por acordarte de aquel día, tan diferente, en que
te fuiste sola, sin más, sola por ahí y sin que te diera la coña
un tipo como éste, sin conversaciones insulsas y con pausas tan
largas que te da hasta tiempo para echarte una siesta, unas tardes
que no se acaban nunca, y por supuesto acompañada, ya digo, y en las
cuales te preguntas ¡y qué hace una chica como tú con un plasta
como ´éste! ¡De la que te has librado!
Yo
lo siento mucho pero, mientras pueda con mis huesos y hasta el último
aliento, seguiré yendo por libre. Y así, mis domingos serán de 24
horas y no de 40. E incluso se pueden acortar un poco si tropiezas
con una buena solución en forma de libro, que una tarde llena de
letras contándote buenas historias que te enganchen es una tarde
redonda. Y corta.
CUADERNO
AZUL / 6
Carmen
¿Por
qué nos aburrimos tanto? Algunos jóvenes disfrutan más que un mono
con las atracciones. ¿O tendrá que ver con el carácter
mediterráneo, que nos gusta más jugar que trabajar? Quizá sea
porque en los parques de atracciones volvemos a ser niños, o por el
vértigo, o por la publicidad … o porque nos aburrimos tanto.
¿Serán
las nuevas catedrales de nuestro tiempo los parques temáticos?
Compiten a ver cuál es más grande. ¿Cómo es posible que haya
espacio, mercado y margen para todos? Yo me quedo alucinada. ¿No
harán algún día catapum y no se irán a la mierda?
Siempre
me hago esta pregunta al ver otro supermercado u otro centro
comercial. Pero claro, que si todo el mundo tiene las mismas ganas de
comprar y viajar que yo tengo, dudo mucho que esto se acabe. Lo malo
es que las compras no dejan tiempo para nada… la vida se va en
trabajar para gastar.
–¿Qué
diferencia hay entre mandolina y bandurria?
–La
mandolina vino de Italia y suena más fina. La bandurria española es
más grande, un poco.
–¡Ay!,
el día que no haga preguntas estaré muy mala.
Cuando
empecé a escribir, lo hacía como todos los niños, levantaba mucho
el lápiz del papel, pero mis padres pensaban que era algo propio de
mi naturaleza y no me corregían, hacía las emes como la parrilla de
la barbacoa. Poco después aprendí a escribir más normal, pero ya
me habían enseñado que yo era diferente sin remedio.
También
lloraba mucho cuando veía castigar a mi hermano. A mí no me
castigaron casi nunca. Lloraba castigos ajenos y no los míos, aunque
no sé muy bien si lo hacía por pena o porque los echaba de menos…
me hacía tan feliz que por fin se fijasen en mí, me tomasen en
serio y me castigasen alguna vez…
Una
palabra que me gusta es librepensador,
es una palabra hermosa. El pensamiento tiene que ser siempre libre,
aunque haya gente que se atreva a pensar barbaridades como mis amigos
los ácratas. Y no soporto los eufemismos; yo no digo tacos, no
abuso, pero soy minus y lo digo: soy minusválida, soy coja. Lo malo
es cuando me lo dicen los otros. O eso de “oye,
tú pareces mongólica”,
es horrible. Pero dicho con cariño es libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario