MaryMar
Yo
estuve un día enamorada de un chico que era más guapo que la
persona más guapa del mundo.
Yo
le decía piropos y él también me decía palabras bonitas, palabras
cariñosas:
–Te
quiero más que a un caramelo de fresa.
–Yo
a ti también, y me gustaría ser tu compañera, y que nos lleváramos
bien y estar toda la vida juntos, viviendo en Granada, y hacer amigos
y ver la Alhambra.
Y
nada más.
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