Envidia


MaryMar y adredista 7
Conozco a una persona que tiene envidia de todo el mundo. Se llama Rosario. No es ni guapa ni fea, ni gorda ni flaca. Regular. Es casi de mi misma edad y está casada. Su marido se dedica a diseñar piezas de aviones en el complejo CASA de Getafe. Es muy trabajador.
Suelen salir juntos de paseo y de bares. Se llevan bien entre ellos y se quieren bastante, pero Rosario tiene envidia de una compañera de su marido, también ingeniera, que se tira a toda la base, incluido el personal militar. Está segura de que su marido también se la ha tirado.
–¿Qué? ¡No me digas que con esa tampoco me pusiste los cuernos! –pregunta Rosario un día en La Cruz Blanca ante un vaso de cerveza.
–Tú sabes que no –contesta él, un verdadero pánfilo, y Rosario le cree.
Lo que más desea Rosario es ser como la ingeniera y ligar con todo el mundo e ir picando de flor en flor. Pero su marido es pánfilo y muy celoso, claro está, y si ella se dedicase a ligar le montaría un pollo.
Prefiere seguir tranquilamente con su marido y dejarse de líos. Y morirse de envidia, por supuesto.

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