Memento


Ramón
Hoy por hoy me cuesta mucho acordarme de lo que tengo que hacer mañana o pasado mañana. Sin embargo, ahora me dices lo que tengo que hacer y yo lo hago, que siempre fui un chico obediente.
Es cierto, yo siempre fui cumplidor, aunque recuerdo que también tenía tiempo para la iniciativa privada, o sea, para hacer lo que me daba la gana. Y lo hacía. Era feliz cuando hacía lo que me gustaba, por ejemplo cuando hacía de árbitro de baloncesto. Decidía lo correcto en cada caso durante el partido, me gustaba.
Mañana voy a memoria con el terapeuta ocupacional, relacionamos palabras con compañeros, que si el gritón, que si el músico, que si el manitas, esas cosas. Por la tarde es mejor, que no tengo nada que hacer y veo la tele, Saber y ganar, alguna peli o el fútbol. El fútbol me gusta especialmente. Y a eso de las seis de la tarde o las siete, me bajo a dar una vuelta por la calle, si es que encuentro a alguien que me acompañe, un amigo o un voluntario.
O sea, que sí que me acuerdo de todo lo que tengo que hacer mañana, no ando tan mal de memoria como supone el terapeuta ocupacional. Yo diría que soy un hombre feliz, yo sí, yo soy feliz. Y cuando oigo algo que no me interesa, me voy a otra parte. Sí, soy feliz, soy muy feliz. A lo mejor está relacionado con esto de no recordar muchas cosas.

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